rita
Mandaba lafuerza un oficial bastante joven, como en el alcázar ya no había más lugar, le dan para alojamiento un convento, resignados al extraño lugar siguen al guía hasta llegar a una plazoleta en cuyofondo se dibujaba la negra silueta del convento con su torre morisca, su campanario de espadaña, su cúpula ojival y sus tejados desiguales y oscuros una vez allí el capitán torno al farolillo de manodel guía y camino en dirección que esta le señalaba ,recorrió todo el lugar .nuestro joven oficial no tubo pues, que torcer llaves ni recorrer cerrojos para penetrar al interior del templo ,laiglesia estaba completamente desmantelada ; en el altar mayor pendían aun de las altas cornisas los rotos jirones del velo con que le habían cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto ;diseminadospor las naves veianse algunos retablos adosados al muro ,sin imágenes en las hornacinas ;en el coro se dibujaban con un ribete de luz los extraños perfiles de la oscura sillería de alerce; en elpavimento destrozado en varios puntos, distinguianse anchas lozas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá a lo lejos en el fondo de las silenciosas capillas y a lolargo del crucero se destacaban confusamente entre la oscuridad ,semejantes a blancos e inmóviles fantasmas ,las estatuas de piedra que, unas tendidas otras de hinojo sobre el mármol de su tumba...
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