Roleo

-Su edad llegaba al límite. Con esto podría ya enlistarse en la milicia de las paredes, siendo su objetivo claro la tropa de exploración. Quería salir, enfrentar algo más grande que los comerciantesen las calles y esos considerados por él mismo; locos hombres que adoraban los enormes muros. De su familia sólo quedaba su padre, un carpintero de rostro amable, y el que antes vivía siendo suhermano, había muerto de la misma forma que él buscaba como salida a la libertad. Ni idea de la existencia de su madre, pero la verdad, nunca importó-. Ya es tiempo ¿no? -Se preguntó en voz alta, observandola multitud de jóvenes aspirantes a sus lados, cerca de los militares que comenzaban a llenar hojas con los nombres de estos-. Ya no hay marcha atrás. Hasta hoy no he sido un cobarde, no lo serédesde ahora tampoco...

Seguía ahí tirado, en el piso, pensando en varias formas de eliminar la sopa preparada. Talvez tirarla por el desagüe, pero lo taparía y en el fondo si pensaba en darle un pocoal mayor... A fin de cuentas era la primera vez que había cocinado.

El suave rechinar de la perilla de la puerta de entrada se hizo presente, tomando en cuenta la hora, podría ser que el mayorhubiera llegado. Y ahí estaba, esas pequeñas piernas, en lugar del torso un par de cajas que lo hacían hacer graciosamente más bajo.

Bueno... Intenté hacer algo. Pero...

Apuntó a la olla, y hechoesto, ya tenía en un fuerte abrazo al mayor, recibiendo esos juguetones besos en su mentón como parte de su euforia, de inmediato disipando la soledad que había sentido unas horas antes.

¿Algo paranosotros? ¿Qué cosa amor?

Inquirió entre risas torpes y bajas, viendo como su amado tomaba una de las cajas, la más pequeña. Esta de un color azul con un adorable listón que lo adornaba. Fijósonriente la mirada en el mayor, realmente emocionado por el presente que le había traído. Al abrirlo, sacó de este un pequeño llavero, un tocino de peluche para ser exacto. Lanzó una risa baja al...