SISTEMA POLITICO

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la palabra régimen como: “conjunto de normas que gobiernan o rigen una cosa o actividad”. El mismo DRAE define al término sistema en su segunda acepción como: “conjunto de cosas que ordenadamente relacionadas entre sí contribuyen a determinado objeto”.


Visto así, régimen y sistema parecen conceptos sinonímicos, pero no lo son;resultan complementarios: mientras que el término régimen tiene un sentido normativo, la palabra sistema refiere a aspectos procedimentales.


Por otra parte, el concepto autopoíesis social[1] establece que los seres vivos crean sistemas que tienen como objeto fundamental auto generarse o recomponerse en un contexto adverso, lo que da origen a mutaciones que les permiten su subsistencia; su otraopción sería desaparecer.


El análisis de la evolución de los partidos políticos en México y de su modus operandi permite establecer la prevalencia de un distanciamiento entre los objetivos y el papel social que debieran representar, frente al juego de poder que realizan y del cual sólo resultan beneficiados sus dirigentes y los grupos de poder que los dirigen. Es aquí donde empieza el problema: enteoría, los partidos políticos son entidades de interés público que tienen como objeto representar las emociones de la sociedad, para que éstas se conviertan en propuestas políticas y se cristalicen a través del poder político en las políticas públicas que expresan en sus campañas.


En la práctica, los partidos políticos tienen como objetivo fundamental ganar en las elecciones, por lo cualformulan políticas para ello, lejos del desarrollo de las políticas públicas que deberían estar establecidas en sus agendas. Asimismo, se esfuerzan por cumplir compromisos de los grupos de presión, de opinión y de poder económico, que son quienes fijan los temas y las tendencias que les convienen y lo hacen a través de la permanente amenaza de desplazarlos de la situación de privilegio en la que seencuentran.


En un sistema de partido único, los intereses particulares de las diferentes expresiones políticas, económicas y sociales, buscan —a través de relaciones familiares, personales y de negocios— alcanzar un buen trato en las negociaciones para sus propios intereses.


En un sistema bipartidista, como el que se pretende implantar en México, los partidos discuten temasintrascendentes en la máxima tribuna de la nación, mientras que los temas relevantes de la agenda política se acuerdan lejos de ese foro. Sin embargo, al interior de los partidos políticos, sus procedimientos recrean la instauración de una práctica de compadrazgos, que representa un sistema de lealtades y complicidades cuyo objeto real es la perpetuidad de los intereses particulares, en oposición a losobjetivos del organismo político.


La individualización de la política en pocas figuras, con abreviadas capacidades intelectuales, la verticalidad en los procesos de decisión partidistas, la necesidad de establecer estructuras piramidales para la sustentación de liderazgos y las múltiples denuncias de que los partidos son oligarquías e incluso autocracias que representan cada vez con menor interés alos ciudadanos, están contraviniendo —por parte de intelectuales y de otros actores de la sociedad que no requieren de amistades políticas para la obtención de su sustento— la autoridad en términos de movilización y de representación a estos organismos, lo que deriva en su cuestionamiento como mecanismos viables del régimen.


Aunque no existen los incentivos para que las dirigencias partidistasdesarrollen estrategias con el fin de forjar lazos sólidos con el electorado después de los procesos electorales, ni estructuras de comunicación política que den sustento a los dirigentes partidistas, los partidos continuarán operando como instrumentos del juego político y dispositivos de intermediación para el funcionamiento del régimen.


Nuestra poliarquía está dañada en términos...