SLEEPING

Érase una vez vivía un rey y una reina que tenía una hija a quien amaban entrañablemente. Ahora en un día en invierno, cuando el campo estaba cubierto de nieve, que estaba sentado a su costura ventana. Como cosía se pinchó el dedo, y una gota de sangre roja cayó en el alféizar de la luz del sol de oro. Y un pájaro en un árbol fuera cantó:
"El oro y el blanco y el rojo,
El príncipe duerme en sucama”.
La princesa fue alcanzado por estas palabras, y gritó: "¡Rezad, pajarito, cantar de nuevo" Y el pájaro cantó:
"Blanco y rojo y oro,
Deberá dormir hasta la hora es viejo”.
La princesa gritó: "¡Ah, pequeño pájaro, canta de nuevo!" Y el pájaro cantó:
"El rojo y el oro y blanco,
Se despierta en la Noche de San Juan”.
"Pero, ¿qué significa su canción?" -preguntó la princesa. Así que el pájaro ledijo que en un castillo muy, muy lejos, y más aún, no habitó el príncipe más noble y más guapo del mundo, con la piel tan blanca como la nieve y los labios tan rojos como la sangre y el pelo tan dorado como el sol. Un hechizo había sido arrojado sobre él, por lo que cayó en un profundo sueño del que podía despertar sólo una vez al año, en la Noche de San Juan. Y así será hasta el fin de lostiempos. Pero si una doncella fueron a ver al lado de su cama, para que pudiera verla cuando se despertó, el hechizo se rompería.
"¿Y dónde está este castillo?" -preguntó la princesa.
"No lo sé", dijo el pájaro, "excepto que es muy, muy lejos, y más aún, por lo que para llegar allí se debe llevar a cabo un par de zapatos de hierro."
Pasaron los días, y la princesa no podían olvidar la canción el avehabía cantado. Finalmente dijo a sí misma que debe y se iría a encontrar el príncipe durmiente, y liberarlo del hechizo. Pero como sabía que su padre y su madre nunca consentirían que la dejara hacer un viaje así, ella no dijo nada a ellos. Tenía un par de zapatos de hierro hechas, y tan pronto como estuvieron listos, a altas horas de la noche, se los puso y salió del palacio.
Cuando el rey y la reinaperdió su mañana siguiente, enviaron hombres para buscar en todo el país. Pero la princesa eludió sus buscadores, y salió del reino sin ser visto por nadie. Su padre y su madre hicieron enojar mucho, porque ellos pensaban que debía de estar muerto.
La princesa se acercó más y más en sus zapatos de hierro, mucho, mucho, y aún más lejos, hasta que llegó a un gran bosque oscuro. Ella no se apartó,pero fue directamente en el bosque, y tarde en la noche vio una cabaña solitaria. Ella llamó a la puerta, y una anciana abrió y le preguntó lo que quería.
"Estoy buscando el castillo del príncipe durmiente", dijo la niña. "¿Sabes dónde está?"
"No yo," dijo la anciana. "Pero puedo darle un bocado para comer y una gota para beber, y luego tienes que ir de nuevo a dónde vienes, por este no es lugarpara una mujer mortal."
"No," dijo la princesa. "Tengo que seguir adelante."
"Si tienes que hacerlo, tienes que hacerlo," dijo la anciana. "Entra, pues, mi querido, y cuando mi hijo el viento del Oeste llega a casa yo le pregunte si sabe el camino. Pero se debe tener cuidado que no ve o se escucha."
Así que dejó que la princesa, y le dio algo de cenar, y la escondió en el armario de laesquina. Pronto hubo una tierra y un gemido de lluvia fuera, y entró el viento del Oeste.
"Madre," suspiró él, "Huelo carne mortal."
"Oh, mi hijo", dijo su madre, "no se enoje! Era sólo una niña pobre en los zapatos de hierro que vino por aquí hoy, queriendo saber el camino hasta el castillo del príncipe durmiente".
"Eso no lo sé", dijo el Viento del Oeste. "Tal vez mi primo el viento del este pudo habervisto."
Tan pronto como se fue la luz de la mañana siguiente la princesa comenzó en su viaje de nuevo. Se acercó más y más, mucho, mucho, y más aún, en sus zapatos de hierro. El sol le quemó y la lluvia la moja. Por fin una tarde llegó a otra casa, donde le pidió a otra mujer de edad lo que quería.
"Estoy buscando el castillo del príncipe durmiente", dijo la princesa. "¿Sabes dónde está?"
"No yo,"...