Taussig, M., 2002; Chamanismo, Colonialismo Y Hombre Salvaje

Taussig, Michael, 2002; Chamanismo, colonialismo y hombre salvaje: Un estudio sobre el terror y la curación, Bogotá: ed. Norma, 628 pgs. (1 ed. Inglés, 1987)
PRIMERA PARTE: EL TERROR (p.21-177).
1. Cultura de terror, espacio de muerte, p.23-59
Roger Casement, irlandés simpatizante de la causa, por lo tanto contrario al imperialismo británico, fue enviado por sir Edward Grey, jefe delServicio Exterior Británico, al Putumayo para que enviara informes sobre las caucheras que trabajaban allá, y cómo trataban a los indígenas. Sus informes se publicaron en la Cámara de los Comunes, ante una comisión especial, el 13 de julio de 1913. La principal cauchera que trabajaba allá era la que comandaba Julio César Arana, que desde 1907 había sido un consorcio de intereses peruanos y británicos,pero él ya operaba allá desde 1903, contratando a negros de las Islas Barbados para “conquistar” y darle cacería a los indios fugitivos. Ellos utilizaban cínicamente la palabra “conquistar” en el sentido de atraer a los indios para convencerles de que trabajaran para ellos a cambio de distribuirles bienes, como declaró el mismo Julio César Arana delante de esta Comisión Especial de la Cámara de losComunes. El primer blanco que llegara a una de las grandes casas comunales, habitadas por más de cien indios, y los engatusara con artículos de comercio, podía disfrutar de sus “derechos de conquista” (p.46).
Ya en la Invasión Española se hablaba de la ferocidad y crueldad de los indios de esta zona fronteriza entre Colombia y Perú, y después con las Misiones. A finales del siglo XIX, lainsaciable demanda europea y norteamericana por las materias primas de las selvas tropicales, en este caso quinina y caucho, resucitó esta mitología, y la incrustó en la cultura de la relación comercial (p.47). Esto generó una violencia cruel e inusitada de los integrantes de las caucheras hacia los indígenas, ya que debía garantizar la reciprocidad de sus regalos. También por la falta de interés quetenía el indígena en trabajar para las caucheras. Pero quizás no era la economía del caucho ni la del trabajo lo determinante en los “excesos” horripilantes de la bonanza cauchera. Quizás, a la manera infatigablemente teorizada por Michel Foucault en su libro sobre la disciplina, lo decisivo aquí era la inscripción de una mitología en el cuerpo indio, un grabado de la civilización atrapada en su luchacontra la barbarie y cuyo modelo era tomado en las fantasías de los colonialistas sobre el canibalismo indio. “En los ‘excesos’ de la tortura”, escribe gnómicamente Foucault, “está invertida toda una economía del poder”. No existen los excesos (p.49).
2. De Casement a Grey, p.61-75
La fuerza del informe depende abrumadoramente del testimonio de los barbadianos traídos por Arana, de loscuales existía el mito de que mentían más que hablaban, pero visto lo que pasó con la Casa Arana podía ser una estrategia para desprestigiar este y otros informes. De todas maneras, el Ministerio de Asuntos Exteriores alteró el informe porque su tono en algunos pasajes no tenía el lenguaje estudiosamente moderado que debía tener un informe (p.63).
Las prácticas descritas en el informe eran detorturas a los indios, así como, en mucha menor medida, a los propios barbadianos que trabajaban en la compañía, así como incluso a algunos blancos, como el caso de un funcionario colombiano que fue azotado y encadenado durante casi un año. Después de eso, se convirtió en uno de los torturadores más sádicos al servicio de Arana, descuartizando cuerpos mientras estos continuaban con vida.
Los azotes eraalgo muy común para castigar a los indios, y la falta de cura después de ellos, ya que las heridas eran tan profundas que se infectaban y se llenaban de gusanos. El principal motivo de los azotes era que no volvían al campamento con la suficiente cantidad de caucho. Llagaba un punto que cuando el indio veía que la aguja no marcaba los 10 kilos, él mismo se tiraba al suelo para recibir su...