Te Acostar As Conmigo S Sheeran
Edición y corrección: Pabsi Livmar
Diseño de interior y portada: Nadia Salamanca.
diseno-sos.blogspot.com
Fotografía de portada: fotolia.com
Todos los derechos reservados
Primera edición: agosto de 2013
ISBN:0615796036
ISBN-13: 978-0615796031
Registrado bajo el número: TXu 1-861-072
Esta es una obra de ficción, producto de la imaginación de la autora.
Cualquier similitud a larealidad es pura coincidencia. La autora posee los derechos reservados de
esta obra. Quedan prohibidas la publicación o reproducción total o parcial de esta obra sin
permiso previo.
A mi esposo e hija:
“Porque con el inmenso amor que me dan se destierran los límites de mi
imaginación, y aún sin haber leído mis historias siempre son mis fanáticos
#1”
A mis padres:
“Sencillamente, los amo”
A lavida:
“Por permitirme vivir tantas experiencias, conocer el mundo y poner en mi
camino personas maravillosas”
Es que solo nos salva vivir,
cuando amar es llenarte de luz,
esa mirada, esa mirada,
esa mirada, esa mirada,
esa mirada...
Esa Mirada, Francisco Céspedes
Contents
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Agradecimientos
Capítulo 1
Me excitaba cómo se reflejaba en su piel la tenue luz de la lámpara
junto a la cama. La hacía ver cálida, ardiente, deseable. Susmanos,
delicadas y torpes, me recorrían las piernas. Cada vez se atrevían a
explorar un poco más mi cuerpo. No podía evitarlo, los dedos de mis pies
se torcían, rindiendo pleitesía a su tacto.
“Ah, mmm. Este debe ser guapo. Un cuerpo así tiene que anteceder
solo un rostro, el de un dios.”
Su silueta comenzaba a descansar sobre la mía, me obligaba a sentir el
peso de su deseo. La tenue luz delató,poco a poco, su identidad. ¡Norman!
“¿Norman?”
Juro que antes de terminar de formular la pregunta en la mente, mis
ojos estaban abiertos y retumbaban al ritmo de mi corazón agitado. Aún no
amanecía. El celular sonaba desquiciado y un tanto celoso. No sabía si
molestarme o agradecerle por haberme traído de vuelta a la realidad, por
haberme salvado de cometer un pecado. Aunque, pensándolo bien, unsueño no puede ser un pecado, sino algo incontrolable. Como dice el
refrán: los sueños, sueños son.
“¿Dónde te dejé, maldito?” La luz de la pantalla iluminada me
revelaba su ubicación. Allí estaba, encima de la mesa junto a la cama, al
lado de la lámpara del pecado. El frío de las sábanas se me pegó a la piel al
extenderme por el lado vacío de la cama para alcanzar el celular.
Los ojos, cegadospor la brillante luz verde de los números en el
celular, a duras penas vieron que eran las 2:47 de la madrugada. “¿Quién
rayos llama a esta hora?” Por unos segundos dudé en contestar.
—¿Diga?
—¿Miranda Wise? —ajuzgar por la seriedad del tono de la voz al otro
lado de la línea, se trataba de algo importante.
—¿Quién habla?
—Disculpe la molestia —vaya, al menos se disculpaba—. Le habla el
inspectorHernández de la Unidad de Investigaciones del Departamento de
la Policía. ¿Es usted Miranda Wise?
—Sí —hasta entonces todavía seguía siendo yo.
—¿Conoce usted a Norman Clausell?
—Sí —hablé en un murmullo apenas audible. La preocupación se hizo
evidente. De repente, la temperatura de la habitación se sintió descender.
—Bien. Llamo para informarle que el señor Clausell ha sufrido un
accidente detránsito y recibe atención médica en la sala de Trauma del
hospital de área. Es imperativo que llegue cuanto antes.
—Okey —se cortó la llamada.
“¿Okey? ¿Eso es lo que dije?” No me había percatado de cuánto me
temblaban las manos. “¿Esto es parte del sueño?”
Unos hilos de luz que se colaban por debajo de la puerta alumbraban
el piso de la habitación en penumbras. Mis piernas temblaban tanto que
casi...
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