TERCER SECRETO DE FATIMA
Después de ese suceso, el carácter inmediato de la Visión Beatífica fue solemne e infaliblemente definido en 1336 por el Sucesor de Juan XXII, lo cual normalizó aquel asunto y lo dejó al margen de cualquier debate ulterior — y precisamente por eso se hace necesaria una definición infalible. Eso se aplica también a todos los demás temas infaliblemente definidos por laIglesia. Podemos y debemos confiar plenamente en estas definiciones infalibles, y rechazar todas las opiniones en contrario, aunque sean de un Cardenal, o hasta de un Papa.
Hay otros ejemplos de Pontífices que estaban engañados. Incluso San Pedro, el primer Papa, se engañó (conforme se lee en la Sagrada Escritura), no por lo que hubiese hecho, sino por el ejemplo que dio: alrededor del año 50, enAntioquía, San Pedro rehusó sentarse a la mesa donde se hallaban gentiles convertidos. Por haberse apartado de aquellos convertidos, dio la falsa impresión de que el Primer Concilio de Jerusalén se engañaba en su enseñanza infalible, al afirmar que la ley ceremonial mosaica no se aplicaba a la Iglesia Católica. (Esa ley mosaica prohibía que los judíos se sentasen a comer con los “inmundos”gentiles.) Fue por causa de ese incidente por lo que San Pablo reprendió a San Pedro en su misma cara y en presencia de todos. (Gal. 2:11)
Otro ejemplo más es el del Papa Liberio, quien, alrededor del año 357, cometió un engaño, al aprobar un Credo propuesto por los arrianos, en el que se omitía toda referencia de que el Hijo es consustancial al Padre. Cumple aclarar que el Papa Liberio sóloconsintió en aprobar aquel Credo después de haber pasado dos años en el exilio, y bajo amenaza de muerte. Erró una vez más (bajo compulsión y en el exilio) cuando condenó y excomulgó equivocadamente (en realidad, solo dando la aparencia de excomulgación) a San Atanasio, que defendía la Fe contra la herejía arriana. Liberio, el primer Papa no canonizado por la Iglesia, cometió un error, porque Atanasioenseñaba la Doctrina Católica, la verdadera e infalible Doctrina, proclamada por el Concilio de Nicea en el año 325. Era la definición infaliblemente proclamada por el Concilio, y no la doctrina errónea del Papa Liberio, la que se debería haber aceptado en ese caso.
La lección que aprendemos con estos ejemplos retirados de la Historia de la Iglesia es que todo aquello que se nos proponga comosiendo artículo de Fe tiene que juzgarse a la luz de aquellas definiciones proclamadas de modo infalible. Por tanto, si un Cardenal, un Obispo, un Sacerdote, un Seglar o hasta el mismo Papa nos enseña alguna innovación contraria a cualquier definición de Fe, proclamada de aquel modo, podemos estar seguros de que dicha enseñanza es errónea y debe ser rechazada por el bien de nuestras almasinmortales. Sí, es verdad, hasta el propio Papa se puede engañar, y realmente se engaña cuando expresa una opinión contraria a cualquier definición solemne e infalible de la Iglesia Católica. Cuando eso ocurre, no significa que Ella se haya engañado: es el Papa quien se engaña, y no se puede imputar dicho engaño a toda la Iglesia. Por supuesto, si hasta el Sumo Pontífice se puede engañar enseñando alguna...
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