The Hungers Games

LOS JUE=OS DEL HAMBRE
(Saga: "Distritos", vol.1)
=uzanne Collins

© 2008, The hunger =ames
Traducción: Pilar Ramírez Tello
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PRIMERA PARTE:
=i LOS TRIBUTOS



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Cuando me despierto, el otro lado=20de la cama está frío. Estiro los dedos buscando e= calor de Prim, pero no encuentro más que la basta =unda de lona del colchón. Seguro que hatenido pesadil=as y se ha metido en la cama de nuestra madre; claro =ue sí, porque es el día de la cosecha.=Me apoyo en un codo y me levanto un =oco; en el dormitorio entra algo de luz, así que pue=o verlas. Mi hermana pequeña, Prim, acurrucada a su la=o, protegida por el cuerpo de mi madre, las dos con l=s mejillas pegadas. Mi madre parece más joven cuando d=erme; agotada, aunque no tan machacada.La cara de Prim =s tan fresca como una gota de agua, tan encantadora com= la prímula que le da nombre. Mi madre también fu= muy guapa hace tiempo, o eso me han dicho.=rSentado sobre las rodillas de Prim, para =rotegerla, está el gato más feo del mundo: hocico a=lastado, media oreja arrancada y ojos del color de un c=labacín podrido. Prim le puso Buttercup por=ue, según ella, su pelaje amarilloembarrado tenía el=20mismo tono de aquella flor, el ranúnculo. El gato me=20odia o, al menos, no confía en mí. Aunque han p=sado ya algunos años, creo que todavía recuerda que =ntenté ahogarlo en un cubo cuando Prim lo trajo a ca=a; era un gatito escuálido, con la tripa hinchada por =as lombrices y lleno de pulgas. Lo último que yo nec=sitaba era otra boca que alimentar, pero mi hermana me =uplicómucho, e incluso lloró para que le dejase qu=dárselo. Al final la cosa salió bien: mi madre le =ibró de los parásitos, y ahora es un cazador de r=tones nato; a veces, hasta caza alguna rata. Como de ve= en cuando le echo las entrañas de las presas, ha =ejado de bufarme.
Entrañas y =ada de bufidos: no habrá más cariño que ése e=tre nosotros.
Me bajo de la c=ma y me pongo las botas de cazar; la pielfina y su=ve se ha adaptado a mis pies. Me pongo también los =antalones y una camisa, meto mi larga trenza oscura en =na gorra y tomo la bolsa que utilizo para guardar todo =o que recojo. En la mesa, bajo un cuenco de madera qu= sirve para protegerlo de ratas y gatos hambrientos, encu=ntro un perfecto quesito de cabra envuelto en hojas de =lbahaca. Es un regalo de Prim para el día de la co=echa;cuando salgo me lo meto con cuidado en el bolsill=.
Nuestra parte del Distrito 12= a la que solemos llamar la Veta, está siempre llena=20a estas horas de mineros del carbón que se dirigen =l turno de mañana. Hombres y mujeres de hombros caí=os y nudillos hinchados, muchos de los cuales ya ni siq=iera intentan limpiarse el polvo de carbón de las uas rotas y las arrugas de sus rostros hundidos. Sinemb=rgo, hoy las calles manchadas de carboncillo están vac
as y las contraventanas de las achaparradas casas grises =ermanecen cerradas. La cosecha no empieza hasta las dos, =sí que todos prefieren dormir hasta entonces... si puede=.
Nuestra casa está casi al =inal de la Veta, sólo tengo que dejar atrás unas =uantas puertas para llegar al campo desastrado al que lla=an la Pradera. Lo que separala Pradera de los bosques =, de hecho, lo que rodea todo el Distrito 12, es una =lta alambrada metálica rematada con bucles de alambre de=20espino. En teoría, se supone que está electrificada =as veinticuatro horas para disuadir a los depredadores que =iven en los bosques y antes recorrían nuestras calles =jaurías de perros salvajes, pumas solitarios y osos). En=20realidad, como, con suerte, sólotenemos dos o tres =oras de electricidad por la noche, no suele ser peligroso=20tocarla. Aun así, siempre me tomo un instante para e=cuchar con atención, por si oigo el zumbido que indica=20que la valla está cargada. En este momento está t=n silenciosa como una piedra. Me escondo detrás de un =rupo de arbustos, me tumbo boca abajo y me arrastro por=20debajo de la tira de sesenta centímetros que...