Thomas Kuhn Cap tulo VI 1
La estructura de las revoluciones científicas
Capítulo VI
LA ANOMALÍA Y LA EMERGENCIA DE LOS DESCUBRIMIENTOS
CIENTÍFICOS
La ciencia normal, la actividad para la resolución de enigmas que acabamos de
examinar, es una empresa altamente acumulativa que ha tenido un éxito eminente en su
objetivo, la extensión continua del alcance y la precisión de los conocimientos
científicos. En todos esos aspectos, se ajusta con gran precisión a la imagen más usual
del trabajo científico. Sin embargo, falta un producto ordinario de la empresa científica.
La ciencia normal no tiende hacia novedades fácticas o teóricas y, cuando tiene éxito,
no descubre ninguna. Sin embargo, la investigación científica descubre repetidamente
fenómenos nuevos e inesperados y los científicos han inventado, de manera continua,
teorías radicalmente nuevas. La historia sugiere incluso que la empresa científica ha
desarrollado una técnica cuyo poder es único para producir sorpresas de este tipo. Para
reconciliar esta característica de la ciencia con todo lo que hemos dicho ya, la
investigación bajo un paradigma debe ser particularmente efectiva, como método, para
producir cambios de dicho paradigma. Esto es lo que hacen las novedades
fundamentales fácticas y teóricas. Producidas de manera inadvertida por un juego
llevado a cabo bajo un conjunto de reglas, su asimilación requiere la elaboración de otro
conjunto. Después de convertirse en partes de la ciencia, la empresa, al menos la de los
especialistas en cuyo campo particular caen las novedades, no vuelve a ser nunca la
misma.
Debemos preguntarnos ahora cómo tienen lugar los cambios de este tipo,
tomando en consideración, primero, los descubrimientos o novedades fácticas, y luego
los inventos o novedades teóricas. Sin embargo, muy pronto veremos que esta
distinción entre descubrimiento e invento o entre facto y teoría resulta excesivamente
artificial. Su artificialidad es un indicio importante para varias de las tesis principales de
este ensayo. Al examinar en el resto de esta sección descubrimientos seleccionados,
descubriremos rápidamente que no son sucesos aislados, sino episodios extensos, con
una estructura que reaparece regularmente. El descubrimiento comienza con la
percepción de la anomalía; o sea, con el reconocimiento de que en cierto modo la
naturaleza ha violado las expectativas, inducidas por el paradigma, que rigen a la
ciencia normal. A continuación, se produce una exploración más o menos prolongada
de la zona de la anomalía. Y sólo concluye cuando la teoría del paradigma ha sido
ajustada de tal modo que lo anormal se haya convertido en lo esperado. La asimilación
de un hecho de tipo nuevo exige un ajuste más que aditivo de la teoría y en tanto no se
ha llevado a cabo ese ajuste hasta que la ciencia aprende a ver a la naturaleza de una
manera diferente, el nuevo hecho no es completamente científico.
Para ver cuán estrechamente entrelazadas se encuentran las novedades fácticas y
las teóricas en un descubrimiento científico, examinemos un ejemplo particularmente
famoso: el descubrimiento del oxígeno. Al menos tres hombres diferentes
tienen la
pretensión legítima de atribuírselo y varios otros químicos, durante los primeros años de
la década de 1770, deben haber tenido aire enriquecido en un recipiente de laboratorio,
sin saberlo. El progreso de la ciencia normal, en este caso de la química neumática,
preparó el camino para un avance sensacional, de manera muy completa. El primero de
los que se atribuyen el ...
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