Un tranvía llamado Deseo
Tennesse Williams
Mutis a la derecha, en primer término. Blanche mira a su alrededor. Da unos pasos hacia el
dormitorio con indecisión, se asoma a él, vuelve, mira la puerta abierta del armario, se acerca, saca una botella de whisky y un vaso. Se adelanta hasta la mesa, se sirve un respetable trago, bebe, deja el
vaso sobre la mesa, vuelve a tomarlo, arroja las últimas gotas de whisky sobre la alfombra y lleva
nuevamente el vaso y la botella al armario. Se acerca con aire vacilante al canapé y se sienta. Se oye
por la derecha el chillido de un gato. Blanche se levanta de un salto, sobresaltada.
BLANCHE:
Tengo que dominarme.
(Va hacia la izquierda, en primer término. Por la derecha entra precipitadamente Stella.)
STELLA
(llamando con júbilo, al abrir la puerta) : ¡Blanche! ¡Blanche!
(Por un momento, las hermanas se miran fijamente, Stella se lanza hacia un interruptor que está en el
rincón del foro derecha de la sala, debajo de la escalera de caracol, lo oprime y la habitación se
inunda de luz. Luego, se arroja en brazos de su hermana.)
BLANCHE: ¡Stella, oh Stella, Stella! ¡Estrella mía! (Luego con febril vivacidad, como
temiendo que cualquiera de ellas piense más de la cuenta.)
Vamos, déjame que te mire. (Le vuelve
la espalda.)
¡Pero tú no me mires, Stella! ¡No, no, no, no! ¡Sólo debes mirarme después,
cuando me haya bañado y descansado! ¡Y apaga esa luz superflua! ¡Apágala! ¡No quiero que
me miren bajo su despiadado resplandor! (Stella ríe, va hacia el interruptor y la complace. La
violenta luz que ha inundado el escenario se esfuma.)
¡Ahora vuelve aquí! ¡Oh, nena mía! ¡Stella!
¡Estrella mía!
(Vuelve a abrazar a Stella.)
¡Creí que nunca volverías a esta horrible casa! ¿Qué
he dicho? ¡Oh! No quise decir eso. Quise ser amable y decir: ¡oh! ¡Qué buena situación! ¡Y cosas por el estilo! Tesoro, aún no me has dicho una sola palabra.
STELLA:
No me has dado la oportunidad de hacerlo, querida.
(Ríe y abraza a Blanche, pero
la mira con cierta ansiedad.)
BLANCHE:
Bueno, vamos, te toca hablar a ti. Abre tu bonita boca y habla, mientras busco
un poco de licor.
(Va a la derecha.)
Sé que debes tener alguno por aquí. ¿Dónde estará? (Vuelve
al foro.)
¡Oh, ya lo veo! ¡Ya lo veo! (Va hacia el armario. Saca una botella y un vaso. Está trémula, jadeante y procura reír. Poco falta
para que se le caigan de las manos. Stella se le acerca y le quita la botella.)
STELLA:
Blanche, siéntate y déjame que sirva el whisky. (Va al armario. Blanche se retira
hacia el centro y Stella lleva la botella y el vaso a la mesa. Sirviendo.)
No sé con qué po dríamos
mezclarlo. Quizá haya alguna gaseosa en el refrigerador.
BLANCHE
(quitándole el vaso) : Nada de gaseosa, querida. Con mis nervios de esta noche,
no.
(Stella deja la botella sobre la mesa y le pone el corcho. Blanche va hacia el sofá con su vaso
mientras Stella se acerca al refrigerador, lo abre y examina su interior. Blanche, desde el otro lado
del sofá, pregunta:) ¿Dónde..., dónde está...?
STELLA
(junto al refrigerador
): ¿Stanley? ¡Jugando a los bolos! Le gusta.
(Blanche bebe.)
Están haciendo un... (saca una botella del refrigerador e intercala)
¡he encontrado soda!... Sí,
haciendo un torneo.
(Stella vuelve a la mesa con una gaseosa, una jarra con agua y un abridor, que estaba sobre el
refrigerador.)
BLANCHE
(casi simultáneamente) : Me basta con agua para el whisky. Vamos, no te preocupes. Tu hermana no se ha convertido en una borracha. Sólo está extenuada y acalorada
y sucia.
(Va hacia la izquierda.)
Siéntate y explícame qué significa esto. ¿Qué diablos estás
haciendo en semejante casa?
STELLA
(pone la jarra con agua sobre la mesa, se sienta del otro lado de ésta, abre su gaseosa, la
bebe)
: Vamos, Blanche.
BLANCHE: ...
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