Una pequeña historia erótica

Una tarde lluviosa.
De nuevo vuelvo a encontrarme en estas situaciones… corriendo bajo la lluvia, voy tan rápido que los charcos que piso salpican agua sin ninguna compasión y ensucian mis pantalones, algo molesto pienso -¿Por qué será que siempre me encuentro en el mismo plano? ¿Pesando en una sonrisa que cautivo mi mirada?- algo así eran las incertidumbres que pasaban por mi cabeza duranteesa travesía. La verdad no recuerdo con certeza donde me dirigía… solo sé que tenía que llegar sin importar lo que se cruzara en mi camino, relampagueaba un poco y eso me hacía ir más a prisa. De pronto sin previo aviso me encontré con mi destino me dije a mi mismo -¡Al fin llegue!- mi alma se regocijo un poco había logrado mi cometido.
Con unas flores mojadas en las manos y unos chocolatesderretidos en mi bolsillo me acerque a la entrada, puesto que en efecto me dirigía a una casa, siendo más específicos a un tipo de reunión... pero bah; prefiero no aburrir con detalles que no tienen relevancia. Toque el timbre y a lo lejos se escuchó una campanilla, escuche unos pasos los cuales al parecer eran apresurados, rápidamente abrieron la puerta principal y una dama con una linda sonrisa yun paraguas se acercó. Sin mucho preámbulo abrió la puerta principal, entramos a su hogar y ella me ofreció una sonrisa, un guiño y una toalla; rápidamente le entregue las rosas mojadas y los chocolates derretidos y pensé – Realmente esto no es lo que tenía planeado… pero ya qué- volvió a sonreír (cosa que me encantaba de ella).
Algo más tranquilo (Y cabe mencionar que algo más seco de lo queestaba), ella tomo asiento se acercó y me dijo – Viniste temprano, realmente no esperaba a nadie a esta hora- a lo que conteste – Si, es muy cierto eso… pero ya me conoces y sabes que me gusta ser algo puntual- se río y afirmo moviendo la cabeza de arriba abajo. Como era usual charlábamos muchísimo, había risas, chistes, burlas y uno que otro par de bromas algo sucias, pero nada fuera de lo común.Surgió uno de esos momentos que por más amena que sea la conversación siempre aparecen un “Silencio Incomodo”…. Nos miramos a los ojos y sin pensarlo dos veces nos besamos, no tenía ni la menor idea de lo que hacía o porque lo hacía, solo sé que lo estaba haciendo sin realizarme de ello. Fueron besos salvajes debo admitirlo.
Paramos un momento y nos miramos, ella se sonrojo un poco… acaricie supelo la bese en la frente y ese fue el detonante para que la pasión comenzara a fluir. Guiñe mi ojo y comenzamos a besarnos, eran besos apasionados… sentía como sus labios rozaban los míos con delicadeza y a la vez de una manera voraz, en efecto era sumamente delicioso. Me encanta sentir como su lengua se desliza en mi boca y como la mía no necesita permiso para invadir una casa que no esprecisamente mía. Los besos cada vez se hacían más rápidos e intensos, no me contuve y deje de besarla deslice mi lengua hacia su cuello para besar con delicadeza y lamer ese puente que me llevaría hacia rincones recónditos de una tierra inexplorada. Ya mis manos se habían deslizado hacia su cintura la cual acariciaba con pasión mientras escuchaba como su respiración aumentaba cosa que me acercaba un pocomás al cielo. Como un hábil mago hice que mis manos aparecieran dentro de su blusa me sentía como un pez en el agua nadando en corrientes que iban a mi favor, acariciaba su piel y sentía como sus uñas se clavaban poco a poco en mi espalda.
Mis besos iban formando un camino hacia sus senos los cuales ansiaba probar y saborear como si fuera un manjar suculento con el cual quería deleitar mi boca.Llegue al borde de su camisa levante mi mirada y observe esos ojos que decían -¡Vamos hazlo!- sin demora lo hice y quite su blusa dejando descubierto su abdomen y una lencería roja con encajes negros que transmitía pasión. Deseaba arrancarla con los dientes y eso me recordó a una canción de una banda argentina que iba algo así “Si algo cedes calmare tu histeria, con los dientes rasgaré tus...