Vicentinos

GESTIONES PARA LA LLEGADA DE LAS HERMANAS Y LOS MISIONEROSEl Gobierno del Perú conociendo el cambio que las Hijas de la Caridad habían hecho en los hospitales y asilos de Francia, se propuso traerlas al país e inció sus gestiones por medio de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, que no cejó hasta que en febrero de 1857 los Superiores Mayores de las Hijas de la Caridad aceptaron el pedido.Al directivo de la Beneficencia, Dn. Francisco Carassa, le animaba su hija Virginia Carassa Mena, que quería ser Hija de la Caridad y que llegaría a ser la primera Hija de la Caridad peruana. El convenio se firmó en París el 9 de mayo de ese mismo año, por D. Francisco de Rivero, Ministro Plenipotenciario del Perú, y el P. Juan Bautista Etienne, Superior Superior General de la Congregación de laMisión y de las Hijas de la Caridad. Lo subscribieron también Sor Isabel Montcellet, Superiora General de las Hijas de la Caridad, Sor L. Huret, Asistenta, y las Consejeras F. Laquette y M. Coste. Era Presidente del Perú, en su 2º Período (1858-62) el gran Mariscal Ramón Castilla. Y un Vicario General regía la Arquidiócesis, tras la muerte en 1857 del arzobispo Mons. José Manuel Pasquel (1855-57),a quien sucedería Mons. José  Sebastián de Goyeneche y Barreda (1859-72)Por su su parte, la Jerarquía de la Iglesia sabía del trabajo de los PP. Vicentinos en la formación del clero y en la obra de las Misiones. En Francia, sobre todo, habían renovado los Seminarios y se contaba ya con promociones de buenos y sabios sacerdotes. Es por ello que apoyaron las gestiones para que tanto las Hermanascomolos misioneros vinieran  al Perú. 3. ARRIBO AL PERÚ. La expedición fundadora desembarcó en El Callao y llegó a Lima el 2 de febrero de 1858, con 45 Hermanas y 3 misioneros vicentinos. Al frente de las Hermanas vienen la Visitadora, Sor Teresa Bourdat de 35 años (+1892), y el P.Antonio Damprun, de 40 años, Director de las Hijas de la Caridad y superior de la nueva Misión de los PP.Lazaristas enPerú. La llegada y el desembarco, en la Fiesta de la Candelaria, fue todo un acontecimiento religioso y social. Primero en el Puerto y luego en la Catedraal de Lima. Parecía que fuera un sueño, pero allí estaban, después de tres años de gestiones y expectativas. Hubo aplausos, gritos, saludos de bienvenida. Por su número, parecía que nunca iban a terminar de desembarcar, apareciendo al final, comoun puntito, los tres misioneros que acompañaban a las Hermanas.Las Hermanas llegaban ya organizadas en comunidades y con sus Hermanas Sirvientes, listas a partir a sus destinos: 3 Hospitales, 1 Hospicio de Expósitos y Huérfanos y la Casa Provincial, que se instala en el ex Convento de Carmelitas de Sta. Teresa, en pleno corazón de la ciudad. En ella empieza a funcionar pronto el Seminario, en elque habrán de formarse las futuras Hijas de la Caridad, peruanas, siendo la primera la Srta. Virginia Carassa Mena. Empezaron a funcionar también una serie de"obras"  -orfelinato, escuela gratuita externa, dispensario, visita domiciliaria, asilo mixto, etc.-, que en 3 años más convertirán la Casa Provincial en un complejo formativo-asistencial, que cubre casi todos los campos de la caridadapostólica. Por su parte, los misioneros, que apoyarán a las Hermanas en los Hospitales, se hacen cargo de la iglesia santa Teresa del mismo Convento, que convierten en una Iglesia modelo, por el culto, la catequesis y la fundación de las Hijas de María (1866), y, más tarde, de las Damas de la Caridad (1900). 4. EXPANSIÓNEstablecidas en el Cercado de Lima, las Hermanas son pronto requeridas por lasBeneficencias de Provincias, para que se hagan cargo de sus hospitales y asilos. Las Hermanas los irán tomando en la medida en que llegan nuevas expediciones, iniciando la expansión de la Provincia. Las fundaciones se suceden: El Callao (1865), donde llegan a dirigir 3 hospitales y 1 escuela internado de mujeres. Arequipa (1871), con 1 hospital y 1 Casa de Huérfanos y Expósitos. Tacna (1874), con el...