Victoria

Encuentro decisivo, determinante, diáfano y primordial para los intereses de un Granada necesitado y especialmente inquieto por los resultados que conseguían sumar sus rivales directos por lapermanencia en Primera. Ese era el mensaje que se recalcaba en la previa del duelo ante los ‘pericos’ del ‘Vasco’ Aguirre. Los nazaríes, mejorados en cuanto a sensaciones y actitud, viajaban a Barcelona conla benemérita bien asimilada; mejor para encarar la portería contraria y osados para combinar, con más ahínco, en campo contrario. Ante los ‘pericos’ no fue una excepción y la hazaña, tan necesitadapor el aficionado granadinista, llegó. Lo que resultó ser un partido gris, carente de intensidad y con pocas ocasiones en las dos porterías, al final se sucedió en un hito más para el recuerdo, parala historia del conjunto rojiblanco; uno que todavía quiere seguir aspirando a la tan ansiada permanencia y que, sin más, terminó representándolo con coraje y sobre todo conocimientos. Alcaraz optó porun estilo de juego más creativo, asociando todas las zonas de juego y referenciando la parcela del ‘treacuartista’ con un futbolista especial y habilidoso, marcado por su calidad técnica y amparadopor una grada que no quiere que se prescinda en ningún momento de él: Yacine Brahimi. Un esquema delineado y perfilado por el 4-5-1, a la caza del balón y con una contemporarización en el juego másresolutiva, sin tendencia hacia la ansiedad y manifestada por una sociedad más compacta entre todos los integrantes del equipo granadino. El francoargelino ejerció de ruta para el escape y su equipo,especialmente por los dos costados, terminó agradeciéndolo; una salida de balón más fructífera que solo podía verse mejorada por el argentino Diego Buonanotte, fuera de los planes del técnico granadino.El Espanyol, por otro lado, perdió todos los rasgos diferenciadores que la han elevado a una zona tranquila de la tabla clasificatoria y con intereses bien distintos desde hace algún tiempo: de la...