vid y sarmientos

La vid y los sarmientos
Cristo, en su predicación, busca imágenes que resulten familiares a sus oyentes. Las toma de la vida ordinaria (una mujer que pierde una moneda y la busca, otra que hacepan, un sembrador que esparce su semilla...) o también de la tradición religiosa de Israel. Hoy meditaremos una que reúne los dos aspectos: La vid y los sarmientos.
Los contemporáneos de Jesús estabanacostumbrados a ver campos con vides y campesinos que las cuidan; pero también el Templo de Jerusalén tenía una gran escultura de una vid, símbolo de Israel y de los cuidados que recibe de parte deDios.
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto” (Jn. 15, 1-2). Jesús nos sorprendedesde el inicio: Él es la “vid verdadera”, como si todas las otras vides que conocemos (las del campo y la del Templo) fueran sólo una imagen para entender mejor a Cristo, vid verdadera.
Para nosotros,poco acostumbrados a las imágenes agrícolas, nos viene bien recordar que el sarmiento es el “vástago de la vid, largo, delgado, flexible y nudoso, de donde brotan las hojas, las tijeretas y losracimos” (DRAE). De la vid procede la savia que vivifica a los sarmientos y posibilita que estén cargados de jugosos racimos: El sarmiento por si solo no puede nada... debe su fruto a la vid. La vid esCristo; los sarmientos, nosotros, bautizados en Cristo; los frutos, las obras de santidad.
San Agustín comenta este versículo diciendo que “damos culto a Dios, no por esforzarnos en la oración (...)sino cuando Él nos nos hace mejores, pues su obra consiste en no cesar de extirpar con su palabra todas las malas semillas que arraigan en nuestros corazones, abrirlos con el arado de la predicación,plantar las semillas de los preceptos y esperar el fruto de la piedad” (De verb. Dom. serm., 59).
Extirpar, arar, plantar, fructificar: Esas son las obras que Cristo, verdadera vid, produce en sus...