Violetta

Paso a paso sus tacones arañaban las calles, lentamente y a una distancia prudente seguía al vampiro, el porte que aquel ostentaba le recordaba los antiguos años, los buenos año en que los amos eranamos y el linaje era fiel y obediente discípulo, por alguna razón y a pesar de sus muchos siglos en la Tierra se sentía joven al estar tan cerca de Marcus, el nosferatu no era cualquier nocturno,Violetta había pasado gran parte de sus años escuchando sobre las hazañas del sanguinario y sin darse cuenta había desarrollado cierta fascinación por la forma en la que llevaba a cabo sus “cacerías” yla elegancia con la que mataba, no era solo uno mas, era arte en movimiento, arte que como buen toreador no podía permitirse dejar pasar, mas ahora que se encontraba frente a lo que consideraba unbello cuadro, era un honor para ella y a decir verdad se encontraba algo intimidada ante tal aura de poder y autoridad, quizás era por aquel motivo que se mantenía en silencio mientras caminaba,esperando como fiel alumno aprender observando al maestro escultor.

El aroma a sangre fresca inundaba la noche, a donde los ojos pudieran observar un nuevo humano, miles y miles de ellos caminandolibres e ignorantes de la insignificancia de su existencia, aún así algo en ellos, su simpleza o lo limitado de sus vidas eran algo llamaba su atención, ese deseo por alcanzar la inmortalidad a travésde los medios que tenían a mano, esa obsesión con la trascendencia era una sinfonía, un detalle, una pincelada de óleo en un cuadro de Claude Monet. Sin embargo, por más bellaz que fueran suscreaciones no dejaban de ser alimento o al menos eso se repetía una y otra vez.

De momento sus pasos se detuvieron delicadamente cuando el vampiro mayor ceso sus pasos- Le he seguido por que usted así loha pedido mi señor –contestó en un suave y sumiso tono, Violetta era un vampiro despiadado y sanguinario, pero reconocía la autoridad de la antigüedad que la precedía- y estoy segura de que la...