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El largo ascenso de la carrera militar femenina.


La carrera militar femenina ha sido como cruzar un “campo minado”. El largo camino en el avance por la inclusión femenina a la doctrina castrenseno ha sido fácil, sino con hartos obstáculos y barreras, fundamentalmente por la dificultad de romper los prejuicios inherentes al sexo femenino y la fuerte tradición que embarga estas instituciones.La presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas tiene en Chile antiguos antecedentes y pese a que la incorporación aumentó en forma sustantiva en la última década, aún quedan cargos y funciones que noocupan, incluso que no son aceptadas. La Constitución que nos gobierna otorga a todo ciudadano el derecho a participar en estos ámbitos sin distinción alguna. Y junto a su incorporación paulatina enla última década obligo a cada rama a realizar las modificaciones correspondientes que garantizan el trato igualitario y que resguarda la integridad de cada mujer. Cambios como dormitoriosdiferenciados entre distintos géneros, tanto en reparticiones o destacamentos e inclusive en buques tradicionales de la Armada, por ejemplo el Buque Escuela Esmeralda en sus “entrepuentes”, entre otros. Sinembargo, pese a lo que se emana de nuestra carta constitucional, instituciones como el Ejército y la Armada, su actividad queda reducida al área de logística y los servicios respectivamente.

Si biénla mayor transformación vino en el año 2000 con la designación de Michelle Bachelet como Ministra de Defensa, durante el periodo presidencial de Ricardo Lagos (2000-2006), y posteriormente laconvocatoria a participar en el Servicio Militar Voluntario en el año 2005. Pese a estos hitos, el mayor desafío a la fecha es romper con la participación secundaria de las mujeres en instituciones de ladefensa. Según sus relatos, ellas dicen que deben esforzarse el doble para no poner en duda su autoridad y capacidad en actividades de planificación y dirección. La institución con mayor tradición...