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Libertad en las democracias contemporáneas. La condena del sujeto a captar sólo apariencias en virtud de una fragilidad y ausencia de esfuerzos para alcanzar la esencia.


«El asunto de lapolítica es cómo convivir,
no cómo hacer que la gente encuentre
la verdad o la vida correcta.»
Pablo R. Arango.

Es de mi interés iniciar con este pequeño fragmento, extraído de las reflexiones delprofesor Pablo R. Arango, en su texto Una paradoja de la democracia liberal. En él puede identificarse el objeto del liberalismo: libertad social (el sujeto en relación con los demás).

Pretendo, pormedio de cortas reflexiones que se nutren de algunas de las elucidaciones de Pablo R. Arango, exponer mis interpretaciones frente a este complejo pero tan trascendental tema a la hora de interpretarlas democracias contemporáneas y sus crisis.

La primera inquietud que surge, a la hora de iniciar esta exploración, es cuál es el ámbito de libertad que se quiere esclarecer. Si se quiere partir delanálisis desde la libertad individual o si, por el contrario, se quiere comenzar desde la libertad social. La primera exige identificar fundamentos metafísicos de la libertad —operación que no tienelugar en este tipo de documento reflexivo, ausente de exhaustividad. La segunda permite identificar las dificultades interpretativas del liberalismo en relación con el papel del Estado, sulegitimidad; el contrato social; la justicia; el paternalismo positivo o negativo.

Es el segundo camino en el cual quiero tropezar. Quizás porque en él encuentro afinidad al momento de formular inquietudes,las mismas que desde el inicio de la maestría he tenido. Éstas tienen que ver con la participación política del sujeto, con las equivalencias de demandas populistas planteadas por Laclau1, con laideología y el discurso como elementos de perpetuación y legitimación, y con la interpretación freudiana del principio del placer y el principio de realidad. Tales indagaciones no se escapan del...