xcsdcfgggx

fvsvdfvsgfbfdgbbfvvdfvsfdtdfsghhgjjgnhgbgfbfgbgfbdfghfdgghfd-
gbgdfgbfgsbfsgtfsbfsgbfsgbsftbfgbsgfbfgsbsgfdfbsgfbfgsbfdggb-
gsfbgfsbfgsbfgdbdfgbsfgbsfgbfsgbgfsbfgbsfgbgfsbsfgbsftbwrtbf-sgbsfgbsfgbfsgbgbHabía una vez, en un país multicolor donde ya hacia tiempo no reinaba el sol, una princesa a la que le habían arrebatado su juventud, que acababa de despertar de un profundo sueño. Se sintió unpoco confusa al abrir los ojos después de tanto tiempo y se levantó suavemente. Se asomó a la ventana del viejo castillo, en el que hacia muchos años había vivido con su familia.
Sintió un olorconocido, un olor dulce, un olor de su infancia. Provenía de una pequeña casita al lado del viejo castillo. Poncia, la princesa, se sentía hambrienta, tanto que no se lo pensó dos veces y se precipitó porlas inclinadas escaleras de la torre del castillo hacia la campestre casa.
Por el camino, se topó con un lindo conejito de ojos saltones y puntiagudas orejas, era un tanto peculiar ,ya que llevaba unpequeño esmoquin y un reloj de bolsillo. Ella intentó tocarlo pero salio corriendo, no lo siguió ya que el hambre que tenia la acechaba y siguió su camino hasta la casita. Mientras caminaba imaginólo que podía haber pasado si lo hubiera seguido y recordó la historia que le había contado su padre, Merlin, una de las miles de historias que le contaba para que se durmiera. La de Alicia cuando cayópor un precipicio mientras seguía a un conejito y se sumió en un mundo de maravillas inimaginables.
Al llegar a la puerta de de la humilde casa, toco con alveldria y una anciana señora le abrío conuna encantadora sonrisa, de oreja a oreja. Poncia entro y se sentó libremente, la risueña anciana le preguntó por lo que quería y ella con una sonrisa pícara, le señalo las galletas de canela. Laseñora amablemente le sirvio unas pocas. Poncia mientas engullía las galletas de dos en dos, le contó el motivo de su hambruna: como hacia mas de cien años un bruja malvada, Cartensia, buscando...