«Yo Me Meteré En Un Puño Las Entrañas»1 Martí Y Sus Padecimientos Físicos

«YO ME METERÉ EN UN PUÑO LAS ENTRAÑAS»1 MARTÍ Y SUS PADECIMIENTOS FÍSICOS | |
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Por: Dagoberto Álvarez Aldana |
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El héroe, casi siempre, se convierte en un ser mítico y supuestamente invulnerable. La idealización de su existencia lo hace levitar por encima de la condición humana que lo sustenta. Así, desde la infancia, aprendemos a amar a figuras inalcanzables, incorpóreas ypredestinadas para la perfección. Desterramos entonces la posibilidad de encontrar alguna esencia humana en el ente supremo, pues la fragilidad, el dolor o el miedo nos parecen exclusivos de los humanos simples. Fatalmente, Martí ha sido una de las tantas víctimas históricas de esa canonización.
Conocemos profundamente su etapa de preso político en las canteras de San Lázaro, o la intensa actividadpolítica que desplegó como delegado del Partido Revolucionario Cubano, por sólo citar dos ejemplos. Sin embargo, poco se ha escrito sobre las influencias negativas que tuvieron para su salud, las condiciones infrahumanas del trabajo forzado, en un lugar donde enfermedades infecciosas y mortales como el cólera o la tuberculosis eran comunes; las largas jornadas empleadas en organizar la guerra; elpoco descanso; la deficiente alimentación y el agotamiento emocional e intelectual, que sin duda, agudizaron antiguos males y crearon nuevos padecimientos.
Por ello, a la hora de evaluar la magnitud de su entrega a la causa de la Revolución, ha de tenerse en cuenta, como principio ético, el medio hostil en el que se desenvolvió, y la endeble constitución física a la que tuvo que imponer suprobada voluntad y la pujanza de su espíritu.
A pesar de una vasta obra escrita en diferentes géneros, las referencias personales de Martí a su estado de salud son escasas y en muchas ocasiones poco precisas. Para quien intente acercarse al sufrimiento natural del héroe, sin duda, la mejor fuente es su epistolario. En las cartas dirigidas a sus seres más íntimos, existen numerosas insinuaciones que nospermiten conformar una suerte de historia clínica incompleta.
Es notorio que en pocas oportunidades Martí nombra con precisión el mal que padecía; la mayoría de las veces los síntomas y signos están adornados por su característico estilo literario, lo que hace muy difícil determinar cuál era la dolencia exacta que sufría. En otras ocasiones no es posible deslindar el trastorno físico o emotivoproducido por determinada enfermedad, del provocado por las desilusiones y preocupaciones relacionadas con su labor patriótica. Así, al intentar precisar un padecimiento teniendo en cuenta estas referencias martianas, corremos el riesgo de especular o cuando menos aventurar un diagnóstico, que como es obvio, no está sustentado por un interrogatorio médico adecuado, ni por exámenes físicos ocomplementarios.
No fueron pocas las ocasiones en que Martí dejó constancia de una salud quebrantada. A Manuel Mercado, en 1878, le comentó: «Como tengo sobre mí los males de mi pueblo y los míos [...]».2 En 1880, le dice desde New York: «No sé si me darán tiempo los urgentes quehaceres de estos revueltos asuntos nuestros, o esta salud mía, que juzgo ya perdida para siempre».3 En una enérgica carta deenero de 1892 a Enrique Collazo, escribió: «Jamás dejé de cumplir en la primera guerra, niño y pobre y enfermo, todo el valor patriótico que a mi mano estuvo […]».4
En los documentos personales, no oficiales, es donde fundamentalmente se puede descubrir la intimidad del legendario héroe, su lucha interior para imponerse a una «salud rota» o a unos «restos de salud», que amenazaban su entregatotal a la patria. Nada mejor que las palabras de Doña Leonor para acercarnos a la preocupación familiar por la delicada salud de Martí. Ella, en las cartas a su hijo, demuestra con frecuencia los motivos que la angustiaban:
[…] carta como la última no me llenan […] ni me das a entender si habías recibido la última mía, en la que te preguntaba algo de tu salud; […] y hacía más de un mes que no...