AFECTIVIDAD Y AUTOESTIMA
“AFECTIVIDAD Y AUTOESTIMA”
ESPIRITUALIDAD JUVENIL SALESIANA
AFECTIVIDAD
Afectividad y amor cristiano
Quizá en la historia del pensamiento no se ha tenido suficientemente en cuenta esta dimensión humana y sus repercusiones en otros ámbitos de la persona, concretamente en la vida espiritual. El Dr. Juan RamónGarcía-Morato, profesor del Instituto de Antropología y Ética de la Universidad de Navarra es autor de este artículo de indudable interés sobre el tema:
"Afectividad humana y el amor del cristiano"
La dimensión sensible es constitutiva de la persona, pero el corazón humano trasciende la mera capacidad de reacciones emotivas. No se trata del corazón "que palpita por una cita o por una mirada, sino latotalidad más profunda del hombre, la imagen del sitio físico donde razón y emoción se enlazan armoniosamente y se funden en Algo más grande. Ese Corazón, en fin, que todas las religiones señalan como la esencia más verdadera y profunda del hombre" (Susanna Tamaro).
De esa dimensión sensible de la persona va a depender una parte de nuestra percepción de la realidad, pues interviene en el conocimientopropio, de los demás y del mundo que nos rodea. La sensibilidad personal amplía o limita el horizonte vital: de ella depende la capacidad de que nos afecten o no las cosas que merecen la pena; las reacciones ante los impulsos sensibles que nos vienen desde fuera; la manera como dirigimos los resortes de nuestra capacidad de querer, sobre todo la ternura. Y la afectividad es el modo cómo nos afectalo que percibimos, la resonancia activa -en la conciencia de la persona-de su relación existencial con el ambiente y de su estado vital, que se muestra al exterior; los afectos y sus expresiones están presentes en nuestra vida y forman parte de nuestro yo.
En la historia del pensamiento no se ha tenido demasiado en cuenta la afectividad. Es pacíficamente admitida la dificultad de encontrar a laafectividad un lugar propio en la Antropología y en la Ética Filosófica; y tampoco ha sido valorado por la Teología Moral su papel en la vida cristiana, antes de la segunda mitad del siglo XX.
Tradición y pensamiento cristianos sobre la afectividad
Para los primeros cristianos, el sentido positivo de la afectividad humana era algo connatural y muy cercano. Lo habían aprendido de SAN PABLO-"tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús"-o incluso conviviendo con el mismo Cristo. Pero a partir del siglo XVIII empieza a darse la distorsión. Sobre todo cuando la moral kantiana separa la vida afectiva de la conducta moral: al afirmar que la ley moral está en contraposición con el impulso natural, se produce la escisión y se desarrolla una visión negativa de la dimensión sensible.
Elcristianismo -el catolicismo, más en concreto- no mide la bondad de las cosas por la dificultad que supone el alcanzarlas, sino por la con naturalidad con el bien; tampoco se plantea que la ley moral esté en contraposición con el impulso natural. Si así fuera, lo más bueno sería lo que costara más trabajo. TOMÁS DE AQUINO mantiene que "la esencia de la virtud reside más en el bien que en ladificultad"; "por tanto, no todo lo que es más difícil es más meritorio, sino que si es más difícil ha de serlo de tal forma que sea al mismo tiempo mayor bien". Además, no duda en afirmar que la virtud nos pone en situación de ser dueños de nuestras inclinaciones naturales y nos perfecciona hasta el punto de seguirlas rectamente; simplemente nuestros impulsos no son fiables y, por lo tanto, no soninfalibles ni nuestros sentimientos ni nuestros afectos. Pero no significa que no sean importantes: "No te digo que me quites los afectos, Señor, porque con ellos puedo servirte, sino que los acrisoles", escribió SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ hace muchos años.
La enseñanza de la Iglesia desde los primeros siglos, es clara y positiva. SAN AGUSTÍN, afirma que "si algunos tienen a gala no verse exaltados o...
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