apus
Germán Zecenarro Benavente
LA GEOGRAFÍA SAGRADA DEL VALLE DEL CUSCO
El Valle del Cusco, contemplado desde las cumbres del cerro WANAKAWRI (Huanacaure)1, muestra un panorama asombroso y sorprendente por la magnitud cósmica que le otorgan el concierto de apus y dioses tutelares que componen su geografía. Son los nevados Sallqantay y Awsanqati(Ausangate), entre los cuales se alinean el Waqaywillka (La Verónica), Chikon, Pumawanka, y Sawasiray-Pitusiray, entidades telúricas cuyos picos se elevan al otro lado del Valle separando la serranía de las selvas. Su altura y majestuosidad parecen tener al Valle del Cusco en sus faldas. Reunidos alrededor del cerro Senqa, levantan sus picos en medio de una agreste topografía, conformada por punas, planiciesy quebradas, moldeadas por el tiempo y la naturaleza desde el Pleistoceno, época en la que el valle correspondía al lecho de un lago.
Estas crestas, constituidas por roca y nieve, junto con las elevaciones orogénicas de la cuenca del río Watanay (Huatanay) definen y encierran al valle a manera de guardianes telúricos, y dejan distinguir un amplio espacio típicamente andino. Compuestas por unamultiplicidad de elementos naturales, fueron consideradas desde tiempos arcaicos como entidades sagradas y reverenciadas como seres míticos, hecho que les proporcionó un profundo significado a través de la historia. Esta particularidad concedida por la naturaleza permitió la fijación de los primeros asentamientos humanos en el valle del Cusco, los que enfocaron sus sentimientos religiosos endeterminados elementos geográficos que, como componentes del paisaje, permitieron su consolidación.
En el Siglo XVI, al referirse al Cusco, Pedro Sarmiento de Gamboa escribió que: «Había [...] a la redonda del pueblo, algunas guacas, que eran la de Guanacauri y otra llamada Anaguarqui y otra llamada Yauira y otra dicha Cinga y otra Pícol y otra que se llamaba Pachatopan…». Estos son topónimos vigentesque describen con exactitud la actual orografía del Cusco, la que estaba estrechamente vinculada a prácticas y rituales religiosos, y que, aún hoy, continúan en forma vigorosa involucrando inclusive componentes cristianos para mantenerse en el tiempo.
Del mismo modo, Juan Polo de Ondegardo hace referencia a los santuarios andinos del valle y señalaba que: «...el Cuzco y su comarca tenía gran sumade Idolos, huacas, villcas, adoratorios ó mochaderos, constituydos en diferentes partes [...] la Ciudad del Cuzco era casa y morada de dioses e ansí no avía en toda ella fuente ny paso ny pared que no dixesen que tenya mysterio…».
APUS, WAKAS Y PAQARINAS
Los cerros tutelares, como componentes de la vigorosa geografía que contornea y define al Valle del Cusco, fueron las entidades sagradas queindujeron a la ocupación del mismo, a la vez de configurarse en los escenarios donde se protagonizaron importantes acontecimientos del variado y rico contexto mágico-religioso andino. Estas entidades constituyeron elementos tangibles que enraizaron, fijaron y fortalecieron a los diferentes ayllus y grupos humanos en el valle durante la etapa prehispánica. Por su realidad física justificaron lapresencia de éstos en el medio geográfico, tanto en los planos míticos como históricos, y actualmente, son valiosos testimonios culturales que, además de guardar y atesorar esta poderosa tradición de siglos, continúan como entidades tutelares vigentes.
El cronista mercedario Fray Martín de Murúa puntualizó: «Era muy común entre todos los indios adorar huacas, ídolos, quebradas, peñas, o piedrasgrandes, cerros, cumbres de montes, manantiales, fuentes, y finalmente cualquier cosa de la naturaleza que parezca noble y diferente a las demás». Así, los grandes cerros (Apus), los antiguos refugios naturales o abrigos rocosos, las cuevas (mach’ays) y los manantiales (pukyos), quedaron transformados en wakas y paqarinas, puntos de donde habían emergido los primeros padres comunes tanto de pastores...
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