Articulo de interes
No hay duda de que el estudio de la conciencia es el Everest de los neurocientíficos. Territorio privado de los filósofos durante siglos, sus bordes imprecisos, que desafiaban una definición, llevaron a George Miller, uno de los fundadores de la ciencia cognitiva, a pedir una moratoria en suinvestigación hasta que se pudieran desarrollar términos más precisos para describirla. Stanislas Dehaene, una de las estrellas de la neurociencia hoy, se lanzó a este desafío formidable. Sus investigaciones no sólo nos permiten atisbar este santuario inaccessible, sino que ayudaron a desarrollar herramientas de diagnóstico que pueden orientar el tratamiento de personas con síndrome deenclaustramiento, un cuadro en el que los pacientes carecen de toda posibilidad de comunicación con el mundo exterior. Lo cuenta en La conciencia en el cerebro (Siglo XXI) un libro fascinante del que habló durante su reciente paso por Buenos Aires para dar un curso en el Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Di Tella.
-No hace mucho, se pensaba que el problema de la conciencia era imposible deatacar y ahora usted llega con una cantidad de respuestas. ¿Qué cambió?
-Hace 20 años creía que entender los mecanismos de la conciencia era una meta de largo plazo, para la próxima generación. Pero descubrimos muchas formas de investigarla. Por ejemplo, en mi laboratorio usamos imágenes subliminales. Reproducimos una imagen en la pantalla de tal forma que usted no pueda verla. La imagen está allí,atraviesa su retina, llega a su córtex cerebral, pero no ingresa en su conciencia. Podemos llevar la imagen justo hasta el umbral y preguntarle si la vio. Averiguando cuándo hubo o no conciencia de la imagen, podemos analizar qué pasa en el nivel cerebral. Durante mucho tiempo, los filósofos argumentaron que no podía haber un estudio científico de la conciencia porque es un fenómeno subjetivo y laciencia tiene que ser objetiva. Pero ahora nos estamos dando cuenta de que ésa es una falsa dicotomía; podemos preguntarle a una persona si ve o no ve la imagen y correlacionar las respuestas con el estado objetivo del cerebro. Y así estamos de nuevo en el terreno de la ciencia normal: la respuesta es un hecho objetivo, "sí" o "no", y el estado del cerebro, también. Esto ha creado un muy sólidocuerpo de evidencias.
-Entre los roles de la conciencia, usted le atribuye el de "seleccionar, amplificar y propagar los pensamientos relevantes". ¿Poseemos esta maquinaria desde que nacemos o la desarrollamos al crecer?
-Mi mujer [Ghislaine] y yo medimos los sellos o marcas de la conciencia en bebes. En chicos de cinco meses ya existen marcas claras al ver una cara. Llegamos a detectarlas en bebes dedos meses. Pero estos experimentos son difíciles y no sabemos si la conciencia está presente en el nacimiento o incluso antes... Jean-Pierre Changeux, mi mentor, sugiere que tal vez el primer momento en que adquirimos conciencia es al nacer, porque hay un cambio masivo en las catecolaminas [un tipo de neurotransmisores] que bañan el cerebro. Pensamos que durante la gestación el cerebro podríaestar anestesiado y súbitamente deja de estarlo durante el parto.
-¿La conciencia surge de la activación de un circuito especial?
-No es un área, sino más bien un estilo de procesamiento. Pensamos que una información, como por ejemplo el color de su remera, se hace consciente cuando es compartida por múltiples circuitos del cerebro. Cuando podemos hablar sobre una información es porque llegó a unestado de representación en el cerebro en el que es estable y se transmite a las áreas del lenguaje. De acuerdo con esta visión, la conciencia es un sistema para compartir información, es como la lengua franca del cerebro.
-En su libro, usted destaca que uno de los hallazgos más importantes fue haber comprobado que el cerebro procesa una enorme cantidad de información en forma inconsciente. ¿Esto...
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