articulo de opinion
Una tensa situación política que se deteriora; la violencia se agrava rápidamente con terribles efectos para la población civil. Homicidios indiscriminados, destrucción, y lo que comenzó siendo un lento goteo de refugiados a países vecinos se convierte en una avalancha.
Así pasó en Irak en 2006. Ylo mismo está pasando en Siria en 2012.
Una trágica ironía, ya que Siria no sólo es vecino inmediato de Irak, sino un país que acogió a más de un millón de refugiados de iraquíes en el periodo álgido de la crisis de los desplazamientos.
No son sólo sirios los que están abandonándolo todo para huir de los horrores de la guerra. También huyen iraquíes, palestinos y personas de otrasnacionalidades que habían encontrado la seguridad en Siria y ahora sufren un segundo desplazamiento.
Llegué la semana pasada de Jordania, donde había estado observando la situación de los refugiados de Siria. El viaje de Siria a Jordania está plagado de peligros. Los refugiados deben atravesar zonas con una fuerte presencia de tropas del ejército sirio. Normalmente el Ejército Sirio Libre los acompañamientras sortean los puestos del ejército hasta alcanzar la frontera siria con Jordania.
Si los descubren, lo cual sucede, los acribillan a disparos. Los refugiados dicen que disparan indiscriminadamente, lo mismo a hombres que van solos que a familias con niños. El hecho de que la gente siga corriendo ese riesgo demuestra lo que han sufrido y presenciado.
El número de sirios registrados hasta ahoraen Jordania por el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, asciende a más de 35.000, pero al parecer la cifra extraoficial es mucho más elevada.
Se calcula que el número de personas desplazadas dentro de la propia Siria está entre el millón y el millón y medio, en un país de 22 millones de habitantes. En cuatro de los países que tienen frontera con Siria (Jordania, Líbano, Irak yTurquía), la ONU ha registrado a 120.000 refugiados sirios, aunque también aquí la cifra real, que incluye los no registrados, es muy superior.
Se han producido éxodos masivos en barrios gravemente afectados, a veces localidades enteras. En ocasiones el desplazamiento ha sido dentro de la propia Siria, pero otras veces la gente ha emprendido el peligroso viaje de cruzar sus fronteras.
Inkhil, localidadde unos 40.000 habitantes de la gobernación de Deraa, ha sido una de las más afectadas. Quienes huyeron hablan de bombardeos de artillería continuos e indiscriminados en las últimas semanas.
Las milicias y fuerzas gubernamentales se llevaban a las personas de sus casas delante de sus familias y las ejecutaban. Los familiares podían oír los disparos. Hay informes de personas secuestradas ysometidas a desaparición forzada, sobre todo hombres, pero también mujeres.
Hasta ahora y en general, las fronteras han continuado abiertas a los refugiados de Siria, y así deben seguir. Las recientes declaraciones de líderes iraquíes y jordanos que afirman que sigue siendo así son tranquilizadoras. No lo es, sin embargo, una declaración del 19 de julio atribuida al ministro Israelí de Defensa, en laque éste señalaba su intención de evitar que entraran en Israel, a través de la zona ocupada de los Altos del Golán, “oleadas de refugiados” que huían del aumento de la violencia y los abusos contra los derechos humanos en Siria.
Los Estados deben permitir cruzar sus fronteras y conseguir seguridad a los refugiados que huyen de la guerra y la persecución, sean ciudadanos sirios o personas deotras nacionalidades residentes en Siria, como por ejemplo refugiados palestinos. Es una obligación legal, no sólo moral.
Pero los países vecinos no tienen que soportar este esfuerzo humanitario en solitario. Una gran afluencia súbita de refugiados supone un impacto real en la economía y los recursos de un país.
Las escuelas y los centros de salud deben dar cabida a miles de personas que no...
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