Articulos De Salud
Científicos de la Universidad de Atenas (Grecia) demostraron en un estudio reciente que comer rápido, en comparación con hacerlo lentamente, reduce la segregación de unas hormonas en el intestino que provocan la sensación de estar “lleno”. La reducción de dichas hormonas nos llevaría a comer en exceso y, por lo tanto, a engordar. En el experimento llevado a cabo por Alexander Kokkinos y sus colegas del Hospital General de Laiko, una serie de individuos tomaron cantidades idénticas (300 mililitros) de un mismo helado a diferentes velocidades. Los científicos tomaron después muestras de sangre de todos los participantes en la prueba, descubriendo que quienes habían comido más despacio presentaban concentraciones más altasde reductores intestinales del apetito. En concreto, cuando se ingería el helado en treinta minutos en vez de en cinco, las concentraciones de los péptidos intestinales GLP1 y PYY era mayor, razón por la cual la sensación de saciedad se presentaba antes.
Según los investigadores, estos resultados ayudan a explicar cómo el estilo de vida actual, con su ritmo acelerado, podría estar influyendo enel exceso de comida que consumimos.
¿Qué tienen en común la sal y las drogas?
Un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke y de la Universidad de Melbourne ha descubierto que las drogas adictivas como la cocaína o la heroína activan las mismas células nerviosas y conexiones cerebrales que un fuerte instinto ancestral: el apetito por la sal.
Enexperimentos con roedores, los investigadores identificaron ciertos genes que están regulados en el hipotálamo y controlan el equilibrio de sal, agua, la reproducción y otros ritmos biológicos. Y lo que es más interesante: comprobaron que los patrones de activación de estos genes que estimulan el comportamiento instintivo del apetito por la sal son idénticos a los que regulan la drogadicción, segúnpublica hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
“Hemos demostrado que un instinto clásico, la ganas de consumir sal, posee la misma organización neural que origina adicción a los opiáceos y la cocaína", aclara Derek Denton, coautor del trabajo. Las vías profundamente arraigadas de un antiguo instinto pueden explicar por qué los tratamientos de desintoxicaciónbasados en la abstinencia resultan tan complicados. Y ofrecer un argumento al éxito los tratamientos de desintoxicación que no implican la abstinencia, como la sustitución de la heroína por metadona y los cigarrillos por chicles o parches.
Además, el hallazgo “podría conducir a una nueva comprensión de las adicciones y las consecuencias perjudiciales de que los alimentos que favorecen la obesidadcontengan demasiado de sodio", añade el neurobiólogo Wolfgang Liedtke. Todo apunta a que el consumo de sal en grandes cantidades provoca un mayor apetito por los alimentos. Además, cuando el apetito por la sal aumenta el hipotálamo se vuelve más sensible a los efectos de la dopamina, el neurotransmisor de la recompensa y el placer.
En la naturaleza, el apetito innato por la sal resulta clavepara la supervivencia. Entre los animales salvajes, la capacidad de compensar rápidamente las necesidades de sodio del organismo lamiendo con avidez una solución con alto contenido en sal puede resultar vital en muchas circunstancias.
¿Te gustan las grasas y el alcohol? Está escrito en tus genes
Según una investigación de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, en el ADN de los europeos existeun "interruptor genético" que induce al consumo de alimentos ricos en grasas y a consumir bebidas alcohólicas.
El estudio, publicado en el Journal of Neuropsychopharmacology señala a una sustancia denominada galanina como la causante de algunas voraces inclinaciones occidentales ante la mesa. Este neuropéptido, que desarrolla su labor en el hipotálamo, en el centro del apetito, es el que...
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