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1INTRODUCCIÓN1INTRODUCCIÓN1INTRODUCCIÓN
Evidentemente, a Dumas vale más leerlo que estudiarlo (y que escribirle apéndices)», dice Pollux Hernúñez en unescrito sobre el autor, y podríamos añadir que también vale más leerlo que escribirle introducciones. Y es que las emocionantes historias de Dumas, llenas de peripeciasy de momentos melodramáticos, nos arrastran página tras página (es fácil suponer el ansia con que los lectores del siglo XIXesperaban cada entrega de sus novelas), peroquizá no resistan demasiado bien el análisis detenido ni de su estilo, ni de su solidez, ni de sus personajes. En sus novelas casi siempre se conjuga algúnacontecimiento histórico, bien documentado y expuesto, junto con las aventuras de personajes ficticios que se ven envueltos en las revoluciones e intrigas. En el libro que nos ocupael asunto es más bien trivial, una falsa acusación y una traición fraguada por una mente enfermiza. Por ello, la historia adquiere aires de comedia ligera. Junto conesto, hay que destacar también la ironía con la que el autor pone en entredicho las intenciones de los gobernantes y la capacidad del pueblo para juzgarlos. En realidad,en esta novela menor, Dumas se sirve de unos recursos simples (unas cartas, una flor) para poder narrar lo que verdaderamente le interesa: la historia de amor, lasejecuciones, las pasiones de los personajes o las escenas de exaltación popular. Como diría Hitchcock, el tulipán no es más que el «Mac Guffin». El asunto se lo proporcionó unperiodista bibliófilo amigo suyo. Es bien sabido que, bajo el nombre de Dumas, está lo que un panfleto de la época llamó «fábrica de novelas Dumas y Cie.», en la 2
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