Bachiller
Tanto en Colombia como en América Latina el déficit habitacional sigue creciendo aceleradamente. Hoy en día, 120 millones de familias carecen de una vivienda digna. Elobjetivo de las Naciones Unidas es claro: universalizar el derecho a una vivienda plausible de más de dos mil millones de mujeres y hombres que hoy carecen de ella en todo el planeta. Y una viviendadigna significa seguridad, habitabilidad, salubridad, sostenibilidad y productividad.
Más de cuatro millones de desplazados engrosan las estadísticas de destechados en el país suramericano.
En Colombia,según se desprende de los debates de los candidatos a la presidencia de Colombia, las políticas de vivienda no son la prioridad. No hay unos lazos de solidaridad con que crear nuevos argumentos deconvivencia para que la acción local, nacional e internacional sean más eficaz en el momento de proponerse urbanizaciones para grupos humanos con derechos y compromisos y no simples asentamientos que ala larga se convierten en cinturones de miseria que es difícil erradicar.
En Bogotá, ciudad Bolívar, en Brasil, las favelas, en Caracas las laderas aledañas a la capital, en Cali el Distrito de AguaBlanca, en Nicaragua casi todo el país, y en general, el sur de las grandes ciudades, siguiendo el modelo Norte – Sur, donde el sur es el pobre y el norte el rico, son verdaderos centros de indigenciaurbana donde la lucha por la supervivencia supera todos los escrúpulos y en muchos casos terminan convertidos en centros productores de violencia que trasfieren al norte de distinta manera con elúnico propósito de subvertir el orden existente.
En nuestro país se han olvidado que las políticas de vivienda deben ser centros de civilización donde se produce riqueza, amor, cultura, poder, ciencia,educación, y al ignorarlo están aportando no solo deterioro habitacional urbano sino violencia en potencia, pues cuando se aglomera en una sola zona a grupos humanos por debajo del nivel de pobreza,...
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