cap 10 mercado
¿Quién no admirará al hombre?
Giovanni Pico della Mirandola, De la dignidad del hombre (1486)
Kant pensó que los seres humanos ocupan un lugar especial en la creación. Por supuesto, no era el único en pensar esto. Es una idea vieja: desde tiempos antiguos, los seres humanos se han considerado como esencialmente distintos de todas las otras criaturas, y no sólo diferentes, sino mejores.
Dehecho, tradicionalmente los seres humanos se han considerado realmente fabulosos. No hay duda de que Kant lo pensó. En su opinión, los seres humanos tienen “un valor intrínseco, esto es, dignidad”, que los hace valiosos “sobre cualquier precio”. Otros animales, por contraste, tienen valor sólo en tanto que sirven a los propósitos humanos. En sus Lecciones de ética (1779), escribió Kant: “Con respecto alos animales, no tenemos ningún deber para con ellos, de modo inmediato. Los animales […] son solamente medios para un fin. Ese fin es el hombre”. Por tanto, podemos utilizar a los animales en la forma que nos plazca. No tenemos ningún “deber directo” para abstenernos de torturarlos.
Kant reconoce que probablemente sea incorrecto torturarlos, pero la razón no es que les hiciéramos daño; la razónes sólo que los seres humanos podrían sufrir indirectamente como resultado, porque “aquel que se comporta cruelmente con ellos posee asimismo un corazón endurecido para con sus congéneres”. Así, en opinión de Kant, los animales mismos no tienen importancia moral. En cambio, los seres humanos son aparte. Según Kant, los seres humanos nunca deben ser “usados” como medios para un fin. Llegó hasta elpunto de sugerir que ésta es la ley suprema de la moral. Como muchos otros filósofos, Kant creyó que la moral se puede sintetizar en un principio fundamental, del que se derivan todos nuestros deberes y obligaciones. Llamó a este principio el imperativo categórico. En la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785) lo expresó así:
“Obra sólo según una máxima tal que puedas querer almismo tiempo que se torne ley universal.”
Cuando Kant dijo que el valor de los seres humanos está “por sobre cualquier precio”, no lo dijo como mera retórica, sino como juicio objetivo acerca del lugar de los seres humanos en el orden del universo. Dos hechos importantes acerca de la gente, en su opinión, apoyan este juicio.
Si su valor está “más allá de cualquier precio”, de allí se sigue que losseres racionales deben ser tratados “siempre como un fin y nunca solamente como un medio”. Esto significa, en el nivel más superficial, que tenemos un estricto deber de beneficencia hacia otras personas: debemos esforzarnos por promover su bienestar; debemos respetar sus derechos, evitar dañarlos, y de modo general “esforzarnos, en lo que se pueda, por fomentar los fines ajenos”
. Los seres de losque estamos hablando son seres racionales, y “tratarlos como fines en sí mismos” significa respetar su racionalidad. De este modo, nunca debemos manipular a la gente o usarla para alcanzar nuestros propósitos, por muy buenos que puedan ser.
Kant creyó que si tomamos seriamente la idea de dignidad humana, seremos capaces de entender la práctica del castigo penal de una manera nueva y reveladora.Jeremy Bentham, el gran teórico utilitarista, dijo que “todo castigo causa daño: todo castigo es malo en sí mismo”. Con esto quiso decir que el castigo siempre implica tratar mal a la gente, sea quitándole su libertad (encarcelándola), su propiedad (multándola), o incluso su vida (pena capital). Puesto que todas estas cosas son males, necesitan justificación.
La respuesta tradicional es que elcastigo está justificado como una manera de “devolverle” al ofensor su mala acción. Aquellos que han cometido delitos, tales como robar a otros o asaltarlos, a cambio merecen ser tratados mal. Es esencialmente una cuestión de justicia: si uno daña a otras personas, la justicia requiere que él también sea dañado. Como dice el viejo dicho: “Ojo por ojo, diente por diente”.
El utilitarismo adopta un...
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