Cl o dina beltran
Clío,
2005, Nueva Época, vol. 5, núm. 34
Objetividad y subjetividad en las Ciencias Sociales. El c aso de la Historia en la reflexión de Paúl Ricoeur
Dina Beltrán López
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...la historia puede aventurarse a resucitary reanimar las promesas no cumplidas delpasado; se une así al imaginario de loshumanos desaparecidos...Paúl Ricoeur
El problema de la objetividad en las CienciasSociales.
Hablar del problema de la objetividad de las ciencias sociales nos remite demanera obligada al debate que actualmente existe sobre la vieja pero aún vigentepregunta de si estas ciencias tienen realmente el estatus como tales, es decir, si seapegan o no a los cánones de cientificidad establecidos.Como sabemos, la concepción predominante de ciencia desde los siglos XVI y XVII es la que seestablece a partir de la revolución copernicana, en laque hombres como Galileo, Copérnico y Descartes, entre otros, hacenaportaciones que se traducen en un giro radical respecto a la forma de pensar yhacer ciencia. Así, frente a la antigua tradición aristotélica que había empezadoa tomar auge alrededor del siglo XII, en la que se consideraba que lainvestigación científica debía partir de laexperiencia sensible para darexplicaciones teleológicas o finalísticas de los fenómenos de la naturaleza (elpor qué y el para qué), surge una nueva actitud científica encarnada en latradición galileana y cuyas raíces las encontramos en Platón que sostieneque es a partir de la razón que el científico debe explicar el mundo que le rodeaincluido el hombre mismo, o sea, la ciencia empieza a pensarse entérminos deexplicación causal (el cómo).
Puede decirse, a manera de resumen que desde entonces y hasta nuestrosdías, dos grandes vertientes o corrientes han venido disputándose el tronoacerca de cómo acceder al y generar el conocimiento científico: el empirismo,de base aristotélica, y el racionalismo, de base platónica.Sin embargo, desde los siglos XIX y XX, y sobre todo con las aportacionesde JeanPiaget (1896-1980) al campo epistemológico, empieza una especie deproceso de reconciliación entre estas dos posturas que se esmeraban porpresentarse como antagónicas y sin punto de coincidencia alguno. Si nosremitimos a la tríada del proceso de conocimiento sujeto cognoscente(S), objetode conocimiento (O) y conocimiento (C) tenemos que, mientras que elempirismo el racionalismo priorizan o dan mayorimportancia a uno de loselementos que intervienen en la relación del proceso cognoscitivo hasta el puntode prácticamente anular al otro (al objeto en el caso del empirismo, y al sujeto enel racionalismo) Piaget, apoyado en los planteamientos marxistas, propone quese reoriente la relación S −O para concebirla en unidad dialéctica, lo cual implicala existencia de una interacción mutua y en movimientoentre los dos elementosde la relación: sujeto cognoscente y objeto de conocimiento.
Surge con esto,pues, una tercera vertiente, la dialéctica , como un interesante esfuerzo de síntesis.Es en el marco de lucha y confrontación entre estas tres vertientes(racionalismo, empirismo y dialéctica) que hacen su aparición muy recientementelas ciencias sociales (también llamadas ciencias del hombre o delespíritu) y, desdesiempre, ha estado en la mesa de la discusión su carácter de cientificidad como loapuntaba al principio. Respecto al porqué de este debate, Rosales Medrano señala:
...el valor de las distintas disciplinas científicas se determina desde criteriosaxiológicos que se corresponden con la perspectiva de las capas tecnoburocráticasque detentan el poder en las potencias industriales deOccidente...Desde la óptica de esas élites de poder, las ciencias técnicas y físico-naturalesconstituyen el conocimiento para el progreso y la producción en nuestro tiempo; encambio, las humanidades y las ciencias sociales son consideradas sólo como uncomplemento en la formación del individuo, son reducidas a cumplir con unafunción cultural y, ante todo, tienden a ser convertidas en ideologías y...
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