Cuentos de Hadas irlandesas
DE HADAS
IRLANDESAS
Leyendas celtas de duendes,
elfos y aparecidos
Selection y prologo:
ROBERTO ROSASPINI Reynolds
Ediciones Continente
Corrección: Susana Rabbufeti
Cuidado de la edición: Germán Izcue
Diseño de cubierta: Estudio Tango, sobre ilustración de Brian Froud
Diseño de interior: Amil
ISBN 950-754-081-4
©2000 Ediciones Continente S.R.L.
Pavón 2229 (1248)Buenos Aires, Argentina
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Se termino de imprimir en los talleres de Indugraf,
Sánchez de Loria 2251, Buenos Aires, Argentina, en el mes de Agosto de 2000.
ÍNDICE
Introducción
4
Acerca de este libro
8
El lago robado
10
La niebla (por Viviana O’Connell)
13
La extraña aventura de Pawdeen, hijo del rey deArmagh
16
El pescador y la murdwach
28
El geis de la glaistig Amarach
42
El Niño (por Viviana O’Connell)
49
Sean O’Rourke y el cluricaun
53
Los deseos peligrosos
59
El pookah de Youghal Firth
63
El dragón de Loughney na Angû
67
El fantasma bebedor de sangre
71
El amor en rojo (por Viviana O’Connell)
79
Glosario
82
Bibliografía86
INTRODUCCIÓN
A todos aquellos espíritus sensibles abiertos a la
magia, con el deseo de que la fantasía no los
abandone jamás.
E
n su exhaustivo y minucioso artículo titulado The Gaelic Storyteller
(El cuentista gaélico), Seamus O'Duileargha -o James Delargy,
según la fonética inglesa moderna— narra la anécdota de William
O'Hara, un tinker, experto en el arte de relatar cuentos,historias y
relaciones, que se sentía tan orgulloso de uno de sus relatos, que jamás
dejaba de contarlo como broche de oro en cuanta sesión de narraciones
lo invitaban.
Sin embargo, era tanto su celo por este cuento, que lo acosaba la
idea de que alguien pudiera robárselo, y la verdad es que no andaba tan
descaminado, porque otro narrador de la región de Armagh, de nombre
O'Sullivan, hacíaya mucho tiempo que estaba detrás de ,aquel cuento
para incorporarlo a su propio repertorio, hasta que, en una ocasión, éste
sobornó al dueño de una taberna en la que O'Hara iba a contar sus
historias, y se escondió en el altillo, desde donde podía oír al narrador.
O'Hara, como era su costumbre, revisó uno por uno a todos los
concurrentes, y el examen, apoyado en las garantías —falsas, porsupuesto (que le ofrecía el posadero, hicieron que el hombre se confiara
y contara su preciado cuento como cierre de la sesión. Sin embargo no
bien hubo terminado, apareció O’Sullivan en el vano de la escalera,
exclamando: "¡Pese a todas tus precauciones, ahora tengo el cuento, y
ya mismo lo voy a contar por primera vez!".
Y uniendo la acción a la palabra —relata O'Duileargha en su trabajo—
,O'Sullivan reunió de nuevo a todos los presentes y narró otra vez la
historia, adornándola con tantas fiorituras, que el pobre O'Hara nunca
más se atrevió a contarla en ninguna otra oportunidad.
Esta anécdota evidencia que, hasta no hace mucho tiempo, los
campesinos irlandeses sentían una enorme satisfacción por contar y oír
contar narraciones e historias, y que antes del advenimiento deotros
entretenimientos más masivos, como el teatro y luego la radio, el cine y
la televisión, el venerable arte de la narración de cuentos constituía el
pasatiempo preferido de la gente más humilde de la campiña irlandesa,
especialmente en el norte y noroeste del país, donde se había gestado
un verdadero culto de la lengua irish gaël.
Esta actitud de la gente de campo irlandesa, sin embargo,...
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