culturas del peru
Pontificia Universidad Católica del Perú
Las comunidades campesinas peruanas son al mismo tiempo omnipresentes e invisibles. En los espacios rurales de la costa y la
sierra del Perú desempeñan un poderoso rol protagónico a pesar
de su invisibilidad y son, a la vez, propietarias de buena parte del
territorio nacional.
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Cortesía: Fernando PolancoAlejandro Diez Hurtado
S
egún cifras tomadas del censo agropecuario de 1993, las comunidades
campesinas ocuparían aproximadamente
el 40% del territorio del país y su población ascendería a cuatro millones de personas según un alcance conservador
(Valera, 1998). Sin embargo, desde las
ciudades más importantes y en particular
desde Lima, las comunidades aparecen
relegadas y marginadas delos procesos
globales de desarrollo económico y social: se hallan en situación de pobreza; y
el crecimiento económico alarga la brecha
entre el mundo urbano desarrollado y el
espacio rural comunal. En los discursos
oficiales del Estado no se les menciona
sino como agentes de atraso y resistencia
a la modernidad (García, 2007).
Cuadro 2
Conflictos en los que participan comunidadescampesinas, nativas o rondas campesinas, enero de 2011
Ahora bien, en los espacios locales, su
invisibilidad es solo aparente. En el último
reporte de la Defensoría del Pueblo, se
registra un total de 239 conflictos (161
activos y 78 latentes), de los cuales solo
13 serían “comunales” (ver cuadro 1).
Cuadro 1
Número de conflictos activos y latentes, a enero 2011
Leyenda: c=comunidades;r=rondas; n=comunidades nativas
Fuente: Defensoría del Pueblo (2011, enero)
Fuente: Defensoría del Pueblo (2011, enero).
Sin embargo, una mirada más exhaustiva muestra una situación más compleja
y completa. De un total de 131 conflictos
localizados en los departamentos, 71 involucran a comunidades campesinas, comunidades nativas o rondas campesinas.
En varios departamentos (Apurímac, Cusco,Huancavelica, Junín, Loreto, Pasco),
las comunidades son actores en la mayor
parte de los conflictos reportados.
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Las cifras de la Defensoría podrían interpretarse, desde la óptica del “perro del
hortelano”, como causantes de “problemas” en escenarios varios (sean locales o
regionales). Así como en el pasado se
protagonizaban revueltas indias o tomas
de tierras, los grupos campesinosy nativos contemporáneos generarían –bajo
ese raciocinio– oposición al “progreso” y
al “desarrollo” expresado en la presencia
de empresas dedicadas a la actividad
agropecuaria, pero sobre todo a las industrias extractivas. De hecho, la mayor
parte de los conflictos con comunidades
son clasificados como socioambientales
en tanto que expresan las diferencias y
tensiones surgidas entre lascomunidades
campesinas y sus lógicas de reproducción
y desarrollo frente a aquellas de las empresas o del Estado.
Cortesía: Perupetro S. A.
Ciertamente, miradas desde los espacios locales e incluso regionales, las comunidades no son en absoluto invisibles,
forman parte de la vida cotidiana de las zonas rurales y de las preocupaciones de desarrollo de las autoridades locales. En
estosespacios, las comunidades son un
actor relevante aunque no siempre bien articulado o posicionado en el marco de las
políticas y decisiones sobre la inversión pública y el desarrollo local. A su vez, representan un reto: en su producción de
supervivencia registran una baja productividad; tienen bajos niveles de ingreso y carencias en el acceso a servicios (agua,
saneamiento, salud, educación,justicia);
en algunas zonas arrastran secuelas de los
años de la violencia política o experimentan
marginación y exclusión social. Y a todo
ello se le suma una serie de barreras culturales y dificultades para la comunicación e
integración, esbozando un panorama de
“atraso” para sus integrantes.
¿Es todo ello realmente así? En nuestra opinión, las comunidades campesinas
representan una...
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