demanda
El gobierno de Panamá podría suspender el proyecto de interconexión eléctrica. Se ha
hablado también de poner visa a los colombianos y de empezar a cobrar peaje a los
buques militares.
Por: Diana Carolina Durán Núñez
El
presidente Juan Manuel Santos camina por el centro histórico de Ciudad de Panamá con su homólogo, Juan
Carlos Varela. /Presidencia
Tal vez el Gobierno colombiano no hizo los cálculos suficientes. Como van las cosas,
haber declarado a Panamá “paraíso fiscal” está en camino a convertirse en el asunto de
mayor trascendencia diplomática de 2014. El inventario de daños apenas empieza a
escribirse. Puede que el idioma de Colombia y Panamá sea el castellano, pero hoy estas
dos naciones se están comunicando enlenguajes distintos. Y mientras el presidente Juan
Manuel Santos señala en una discreta declaración por Twitter que los ministros de
Hacienda ya tienen la instrucción de solucionar el problema, en Panamá la indignación
nacional crece y crece con la efervescencia que sólo despierta el lenguaje del patriotismo.
Basta con hacer un breve sondeo en medios locales para entender qué lectura estánhaciendo los panameños de la actual situación. La Estrella, el diario más antiguo de ese
país, aseguró en su editorial del pasado viernes que la declaratoria era un gesto de
“menosprecio inmerecido hacia Panamá” y, a renglón seguido, anotó: “El Gobierno debe
actuar con entereza y determinación en defensa y salvaguarda de los intereses
panameños ante el errático accionar de Colombia”. Ese mismo día,en el noticiero
matutino más popular del país, un abogado de nombre Adolfo Linares decía: “Lo que ha
hecho (Colombia) ha sido un golpe muy bajo, prácticamente una declaración de guerra
financiera”.
Ese tipo de declaraciones son tan sólo un reflejo de los ánimos exaltados que por estos
días se sienten en los pasillos oficiales panameños. Fuentes de entera credibilidad de ese
país lecontaron a El Espectador que ya están barajando todas sus cartas para hacerle
sentir a Colombia: “Si tú me aprietas, yo te aprieto”. Las empresas colombianas que
participan en licitaciones en Panamá lideran la fila de los consternados: una de las
primeras decisiones que podrían tomarse es impedirles que se queden con contratos del
Estado panameño. Además, se ha planteado presentar una queja ante laOrganización
Mundial de Comercio por medidas restrictivas a la competitividad.
Desde que la manzana de la discordia se hizo pública, en Panamá se ha venido
discutiendo, además, si valdría la pena revisar el tratado de Montería, que permite que los
buques militares colombianos pasen por el Canal sin pagar peaje. Se ha hablado de
imponer visa. El golpe más duro, sin embargo, podría ser inmediatoy directo al corazón:
el proyecto de interconexión eléctrica —que apenas se reactivó en julio pasado durante
una cumbre presidencial— podría ser suspendido. En Bogotá la orden es negociar sin
retirar a Panamá de la lista negra, mientras en Panamá se dice que no habrá negociación
si Colombia no echa reversa. Cuando uno dice “blanco”, el otro responde “negro”.
Esta semana se cumplió el plazode un año que Colombia le había dado a Panamá para
firmar un acuerdo de intercambio de información tributaria. Colombia necesita saber qué
cuentas y qué empresas se han abierto en ese país con capital nacional. Panamá, al igual
que Luxemburgo y Liechtenstein, tiene una legislación que protege el secreto bancario y
ofrece ventajas tributarias desde la década de los 20 y Colombia, sobre todoahora que
está en busca de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), debe aumentar su recaudo de impuestos. Éste, por el momento, no
pasa de ser el 15% del Producto Interno Bruto; en los miembros de la OCDE es el 34%.
* Un pasado largo y oscuro
La molestia panameña apunta hoy a Bogotá. Colombia no es, sin embargo, el primer país
latinoamericano que...
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