Derechos de los niños

DÍA DEL NIÑO AFRICANO: SALVAR VIDAS Y LUCHAR EN FAVOR DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS INDÍGENAS DEL CONGO
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© UNICEF Congo/2009/Williams |
Albert, de 10 años, recibe una inyección de penicilina para el tratamiento de la frambesia, una enfermedad contagiosa de la piel que ha sido erradicada en gran parte del mundo, pero que todavía es frecuente en las comunidades que viven en los bosques.|
Por Shantha Bloemen
El Día del Niño Africano se ha venido celebrando todos los años el 16 de junio desde 1991, cuando comenzó a hacerlo la Organización para la Unidad Africana.
POBLADO DE MOSCÚ, Congo, 15 de junio de 2009 -- A media mañana, una lancha a motor de madera del ACNUR atraca en el Río Bangui y sus pasajeros, un equipo de trabajadores móviles de la salud, saltan desde la embarcaciónhasta la empinada orilla. Los doctores de Médicos para África y los misioneros de la Iglesia Católica llevan viajando cinco horas desde Impfondo, la capital de la Provincia de Likoula, en la República del Congo, hasta Moscú, un pequeño poblado situado en el comienzo mismo del bosque.
Los indígenas de la comunidad los reciben con música y canciones, felices de poder recibir las vacunas, eltratamiento y los medicamentos que traen consigo. El ritmo de los bongos aumenta con el número de gente que se une al baile. El Jongi, un espíritu mágico del bosque, aparece de entre los arbustos para bendecir al contingente. El espíritu, cubierto con juncos secos desde la cabeza a los pies, salta en el espacio abierto en torno a las casas de barro. Los niños le siguen, gritando en medio de la algarabía.A pesar del calor tropical, la celebración se mantiene a un ritmo frenético. Los baka, uno de los 15 grupos indígenas que viven como cazadores y recolectores en los bosques de África central, son muy conocidos por su amor a la música y por su resistencia.
La labor decisiva de los equipos móviles
Cuando el Jongi regresa finalmente al bosque, la música y el baile se apagan lentamente, y lacomunidad se reúne para recibir tratamiento. Albert Mangamma, de 10 años, pronto se olvidará del dolor que le produce la inyección de penicilina administrada por la hermana Ancillia. Sufre de frambesia, una infección de la piel altamente contagiosa que aunque se ha erradicado en muchas partes del mundo, sigue siendo frecuente entre las comunidades que habitan en los bosques.
"Las madres y los padrescomprenden muy bien la importancia del tratamiento, pero los niños y niñas no lo entienden", dice la hermana Ancilla, una monja de Nigeria que pertenece a la Asociación del Santo Espíritu. "Por eso, cuando quieres administrarles una inyección, comienzan a llorar. Algunos se ponen a correr y se esconden en el bosque, pero cuando se dan cuenta de que también les ofreces algo, un pan o un dulce,regresan y entonces se les puede aplicar la inyección".
La hermana Ancilla, que recibió formación como enfermera, ha trabajado durante dos años en el país. Considera que la labor de los equipos móviles que trabajan por todo el río ofreciendo servicios a los niños indígenas es fundamental para su bienestar. 
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© UNICEF Congo/2009/Williams |
El Jongi, un espíritu del bosque, da la bienvenida alequipo de trabajadores móviles de la salud en el poblado de Moscú, ubicado en una zona remota de la provincia de Likoula, en el norte del Congo. |
"Esta labor es muy importante para ellos debido a que si no les haces caso y los dejas de lado, muchos de ellos morirán". Gran parte de los trastornos tropicales de la piel más comunes, como la frambesia y la lepra, se pueden tratar fácilmente con lapenicilina. "Después de aplicarles la inyección, cuando regresas a los dos o tres días ves que la herida se está yendo y que desaparecerá gradualmente".
El desafío de las comunidades remotas
Muchas personas indígenas que viven en la República del Congo prácticamente carecen de acceso a los servicios sistemáticos de salud. Las tasas de mortalidad son elevadas si se comparan con los promedios nacionales...