DESAMOR
Migue, primero que nada, las cosas entre nosotros han cambiado drásticamente desde el momento que nos separamos por última vez. Yo pase por unamontaña rusa emocional (literalmente). Después de ese impacto, la angustia me hizo preguntar y a la vez aturdirme con típicas preguntas: ¿Ya lo pensaste bien? ¿Estás seguro? ¿Quieres un tiempo? Que más pude hacer si no preguntar y llorar? No hay mucho que responder ni mucho que agregar. Otra vez el llanto… la crisis siguió, pareció que fuera a reventar, sobre todo porque me daba cuenta que no mentías.¿Habrá algo más insoportable que la seguridad de quien nos deja?
Luego de toda la angustia, de todas las noches desvelándome, seguía la etapa de no aceptación. Surgieron algunas posibilidades que eran inevitables: hay otra persona, quiere reinventarse y para eso quiere la soledad, y esta fue la peor: el sentimiento se apagó sin razón ni motivos especiales. Un día mi mejor amigo me dijo; “Lo quelo hace más cruel, lo que más me duele, así parezca absurdo, ¡es que no me dejo por nadie! Nada le impide estar conmigo, sino ella misma… y es verdad, ¡El problema soy yo!” Más tarde sobrevino el repaso histórico de la relación, buscando hasta el mínimo error: lo que hicimos mal, lo que podríamos haber hecho mejor y no lo hicimos, los defectos que deberíamos mejorar (si se nos diera otraoportunidad), en fin, todo lo personal, fue rigurosamente examinado.
Una fuerza desconocida me llevo a pensar que era capaz de hacer un cambio extremo en mi persona y reconquistar el amor perdido. Me mentalizaba y a la vez te juraba que tendrías a tu lado a una persona renovada y me hacía un haraquiri emocional en tu presencia, pero a la vez me encontraba con el silencio aterrador de antes. Como últimorecurso, me inventaba un optimismo de segunda: “quizás mañana cambie de parecer” y como al otro día no pasaba nada, resolvía esperando un poco más y así pasaron las horas y los días. Al mes bajé cinco kilos e igual te mantenías firme con tu decisión. Simplemente me negaba ver la realidad.
Desde mi temprana infancia me enseñaron que nunca había que darse por vencido y a luchar por lo queconsideramos justos y valioso, volvía a intentar una reconquista. Pero a cada intento me humillaba más y el rechazo se confirmaba. Pensaba que las cosas que hacemos por amor nunca son ridículas, pero simplemente es un invento del apego. El amor me doblegaba, me hizo arrastrar, me descuidaba, me hacía perder mi dignidad y me acababa.
Con el paso de los días, a medida que el abandono se hacía más evidentemi autoestima se venía para abajo.
Todas estas cosas, estas vivencias o experiencias, estos tres años de relación me hicieron reflexionar y definirme bien como persona y a la vez hizo estable mis sentimientos y una de las cosas que aprendí con todo esto es que uno no puede lidiar contra el desamor de la pareja e intentar salvar la relación; Se necesitan dos personas, dos ganas, dos necesidades,dos que “quieran querer”
Esto te lo diré como un consejo porque lo viví: cuando en verdad ya no te quieren, independientemente de las razones y causas posibles, hay que disponer de nuestro espíritu guerrero y no dar un paso o una batalla inútil y desgarradora. Luchar por un amor imposible, nuevo o viejo, deja muchas secuelas. Es mejor sufrir la perdida de una vez que someterse a unaincertidumbre cruel; mejor un realismo desconsolador que la fe carbonero que nunca mueve montañas.
Estoy casi segura de que aprenderás de todo lo que hemos pasado y todo lo que te he dicho en este escrito. No todo desamor es malo y no todo amor es sostenible. Ya dejemos de humillarnos, mentirnos y hacernos más daño de lo que nos hemos hecho. No vale la pena! Y no es bueno para nuestro bienestar. Quieres...
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