DESDICHADO DE NERVAL
DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Febrero 2005
Número 410
Las batallas del traductor
ISSN 0185-3716
El Desdichado, de Gérard de Nerval,
en versiones de Octavio Paz,
Salvador Elizondo, Homero Aridjis,
Elsa Cross y Francisco Serrano
¿Cómo y por qué traducir?
■
Josu Landa sobre
¿A quién traducir?
■
la traducción de poesía
Dulce María Granja Castro
e Immanuel Kant■
Arturo Vázquez Barrón sobre
■
Sarah Glazer y Simone de Beauvoir
la crítica de la traducción
■
■
Jeffrey Browitt y Carlos Monsiváis
Alfonso Montelongo sobre
■
Marie-José Lamorlette
los retos de la traducción
y la literatura juvenil
a
a
a
Las batallas del traductor
Recuerda Josu Landa, al inicio del texto que abre este número,
queetimológicamente traducir supone “llevar de un lugar a
otro”. Y aunque la raíz latina de editar sea distinta, pues alude a
echar algo hacia afuera, hay un necesario vínculo semántico entre ambos verbos, que ha funcionado como bandera en el fce
desde su nacimiento. En franca oposición al simplista y mentiroso apotegma que, en italiano, equipara la traducción a la traición, para nosotros traducir es practicarla lealtad: a las ideas, a
los lectores, a la propia lengua española. Ese nexo entre traducción y edición da pie al presente número, en el que se exploran
algunas de las infinitas caras de ese apasionante y complejo oficio de poner en un idioma lo que alguien más produjo en otro.
Aunque parece tautológico, conviene tener presente que el
traductor es un lector. A partir de esa noción, Josu Landase
acerca a las dificultades que implica la traducción poética, que
él ha realizado con autores como Octavio Paz o José Gorostiza. Que un poeta traduzca a otro poeta parece la única solución
posible al enigma que plantean los versos, como parecen afirmar los autores que fueron compilados por Marco Antonio
Montes de Oca en el célebre El surco y la brasa, de cuyo texto
introductorio hemos tomadoun fragmento. Además de rememorar la existencia de ese volumen, buscamos emparentarlo
con el que Tedi López Mills prepara para el fce, con las versiones en español producidas por poetas mexicanos que, en orden
cronológico de nacimiento, van de José Emilio Pacheco a Alfonso D’Aquino. Así, ofrecemos un muestrario de cómo un
mismo original puede migrar de modos sensiblemente distintos a otralengua: seis versiones de El Desdichado, de Gérard de
Nerval, dos debidas al propio Paz y una por persona a Salvador
Elizondo, Homero Aridjis, Elsa Cross y Francisco Serrano.
Como remate de nuestro recorrido por ese exigente ámbito,
presentamos extractos de la detallada correspondencia, editada
por Martí Soler, que Alfonso Reyes sostuvo con Émilie Noulet mientras ésta traducía una veintena depoemas de aquél.
A su turno, Arturo Vázquez Barrón levanta la mano para llamar la atención de lectores, estudiosos y practicantes sobre la
necesidad de ejercer la crítica de la traducción, con reglas propias. Porque, como sostiene Alfonso Montelongo, la búsqueda
de sentido, primero en la lengua de origen y luego en la de llegada, exige del traductor una comprensión global del entorno en
que segestó una obra, sin la cual la nueva versión puede quedar hueca. Como ejemplo del peligro que corre una obra al ser
vertida obtusamente a otro idioma leeremos en el artículo de
Sarah Glazer la sorprendente historia de El segundo sexo cuando
fue llevada con torpeza al inglés. Y es que traducir textos con
un alto contenido filosófico, como expresa Dulce María Granja en su artículo, está mucho máscerca del quehacer literario
que del meramente técnico. Jeffrey Browitt y Marie-José Lamorlette, por su lado, continúan con la presentación de sus experiencias personales en esta profesión, aquél con la versión en
inglés de un libro de Carlos Monsiváis y ésta con una suerte de
autobiografía como traductora de libros para niños y jóvenes.
Rematamos esta entrega releyendo textos que habían...
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