Dolor del alam
José Ramón Ayllón
Los hombres mueren y no son felices. Albert Camus
1. Universal, incomprensible e inevitable
2. Tres respuestas: Caos, Destino, Providencia
3. La Providencia y el dolor
4. Albert Camus y Karol Wojtyla
El misterio envuelve cuestiones como el origen y el fin del universo, la estructura última de la materia, la diversificación de las especies, y tantasotras. El dolor, además de misterio, es un problema. Porque nos afecta muy directamente: puede incordiarnos a diario y llega a presentarse insoportable y trágico en ciertas ocasiones. Es el problema más grave de la humanidad, la realidad humana más desconcertante, pues en su descripción figuran tres adjetivos abrumadores: universal, inevitable e incomprensible. La primera vez que me asomé concuriosidad intelectual al tema del dolor, lo hice después de leer unos versos de Blas de Otero: Quiero encontrar, ando buscando la causa del sufrimiento. La causa a secas del sufrimiento a veces mojado en sangre, en lágrimas y en seco muchas más. La causa de las causas de las cosas horribles que nos pasan a los hombres. No a Juan de Yepes, a Blas de Otero, a Leon Bloy, a César Vallejo, no, no buscoeso, qué va, ando buscando únicamente la causa del sufrimiento (del sufrimiento a secas), la causa a secas del sufrimiento a veces... Y siempre vuelta a empezar. En estos versos aparece ya ese carácter inevitable e incomprensible del dolor, pues se presenta ante nosotros como una evidencia imposible de explicar: constatamos que existe, pero no sabemos por qué. "La causa de esta angustia no consigo /ni vagamente comprender siquiera", escribió Antonio Machado.
Solemos distinguir entre el dolor físico y el sufrimiento anímico. El sufrimiento es la resonancia emocional que nos causan ciertos hechos de índole fisiológica o psicológica. Así, el dolor del cuerpo se suele transformar en sufrimiento -dolor del alma- cuando su origen es desconocido, cuando es abrumador, cuando no parece controlable,cuando se considera espantoso. Ya hemos dicho que la causa del sufrimiento -dolor del alma- no es sólo el dolor físico. Así lo vemos en este vigoroso párrafo escrito en el siglo IV: Me hice íntimo amigo de un antiguo compañero de estudios. Los dos éramos jóvenes. Pero he aquí que le dio una fuerte calentura y murió. Durante un año, su amistad había sido para mí lo más agradable de la vida, así quela vida se me hizo inaguantable: la ciudad, mi casa y todo lo que me traía su recuerdo era para mí un continuo tormento. Le buscaba por todas partes y ya no estaba. Sólo llorar me consolaba. Era yo entonces un miserable prisionero del amor, y me sentía despedazar por ese amor perdido. Así vivía yo, y lloraba de amargura y descansaba en la amargura (...). Me maravillaba que, muerto aquél a quientanto había querido, siguiera yo viviendo. Bien dijo el poeta Horacio que su amigo era la mitad de su alma, porque yo sentí también que su alma y la mía no eran más que una en dos cuerpos (San Agustín, Confesiones). No me atrevo a decir que el sufrimiento humano esté bien repartido, porque sería un agravio a las víctimas innumerables de la esclavitud, del holocausto judío, del Gulag soviético y demúltiples patologías. Pero ya he dicho que nadie se libra de él. Entre otras cosas porque al final, como escribió Blas de Otero siguiendo a Jorge Manrique: "La muerte siempre presente nos acompaña, y al fin nos hace a todos iguales". Ni los ricos, ni los poderosos, ni los famosos se libran del zarpazo del sufrimiento. Ni los dueños del mundo. Felipe II, el rey que murió en 1598, empezó aconvertirse en un inválido seis años antes, cuando la gota fue impidiendo progresivamente sus movimientos. Nos lo cuenta su capellán, Fray Antonio Cervera de la Torre, en el libro donde narra la muerte del monarca. La gota afligió a Felipe II durante catorce años, y los siete últimos le debilitó y ocasionó dolores agudísimos. Los dos años y medio finales, la enfermedad no le dejó sino el pellejo y los...
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