Economia
Brasil, Estados Unidos
El final de los subsidios concedidos a los productores de maíz americanos debería aclarar el camino para el etanol de la caña de azúcar, cuya producción es menos costosa que la del etanol de maíz, pero cuya competitividad se había visto perjudicada.
A pesar de los subsidios, EE.UU. es desde hacemucho tiempo el principal cliente del etanol brasileño.
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* Vie, 30/03/2012 - 18:29
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Universia Knowledge Wharton. A finales del año pasado, Brasil alcanzó una de sus metas más deseadas en el terreno de las políticas comerciales: la apertura del mercado del etanol de EE.UU. Sin embargo, una serie de reveses recientes en el área financiera y la desatención al cultivode la caña de azúcar, entre otras cosas, indican que el país no está bien posicionado para sacar ventaja de esa situación tan favorable, según explica Felipe Monteiro, profesor de Gestión de Wharton. Con el tiempo, sin embargo, Monteiro prevé que la nueva política será fundamental para revolucionar la industria del azúcar de Brasil, atrayendo inversiones de peso y abriendo el camino para que eletanol se convierta en una commodity de ámbito global.
El Congreso americano eliminó, a finales del año pasado, una serie de subsidios y tarifas sobre el etanol importado. Una de las medidas más importantes fue el fin de la tarifa de US$0,54 sobre el galón del etanol importado, cobrada desde la década de 1980, así como la suspensión de un subsidio de US$0,45 por galón de etanol mezclado congasolina concedido a los productores americanos por un total de US$6.000 millones al año. El respaldo al etanol nacional extraído del maíz ha decaído debido a los bajos niveles de eficiencia del producto. Los senadores Tom Coburn (republicano de Oklahoma) y Diane Feinstein (demócrata de California) hicieron campaña para la eliminación de los subsidios. En una carta que circuló entre sus compañeros delSenado en diciembre del año pasado, Coburn y Feinstein citaban datos de un estudio de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. según los cuales "la eliminación de la tarifa proteccionista de importación sobre el etanol tendría como resultado beneficios económicos por valor de US$1.500 millones, además de reducir la dependencia del petróleo extranjero, ya que igualaría el terreno de juegopara la competición entre el petróleo importado de la OPEP, sobre el cual no hay tarifa alguna, y el etanol de la caña de azúcar -más eficiente- importado de Brasil, India y de otros países democráticos".
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El final de los subsidios concedidos a los productores de maíz americanos debería aclarar el camino para el etanol de la caña de azúcar, cuya producción es menos costosa que ladel etanol de maíz, pero cuya competitividad se había visto perjudicada debido a las tarifas impuestas sobre él. Producir etanol de maíz cuesta cerca de 40% más que producir etanol de caña de azúcar, según explica Jeffrey Goettemoeller, autor del libro "Etanol sostenible: biocombustibles, biorrefinerías, biomasa de celulosa, vehículos flex y agricultura sostenible para la independencia energética"[Sustainable Ethanol: Biofuels, Biorefineries, Cellulosic Biomass, Flex-fuel Vehicles, and Sustainable Farming of Energy Independence].
A pesar de los subsidios, EE.UU. es desde hace mucho tiempo el principal cliente del etanol brasileño, habiendo importado 664 millones de litros directamente en 2011. Además, buena parte de los 343 millones de litros que Brasil exporta al Caribe y América Centralse deshidrata allí y, por último, se transporta a EE.UU., según datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. Japón, Nigeria, Corea del Sur y Suecia también importan etanol de Brasil, según datos oficiales.
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