economia
1.2 En el pasado, lapermanencia era lo ideal. Tanto si se empleaban en la confección de mano de un par de zapatos, como si se aplicaban a la construcción de una catedral, todas las energías creadoras y productoras delhombre se encaminaban a aumentar hasta el máximo la duración del producto. El hombre construía cosas que durasen. Tenía que hacerlo. Como la sociedad en que vivía era relativamente inmutable, cada objetotenía una función claramente definida, y la lógica económica imponía una política de permanencia. Aunque tuviesen que ser remendados de vez en cuando, los zapatos que costaban cincuenta dólares yduraban diez años, resultaban menos caros que los que costaban diez dólares y duraban un solo año.
1.3 Tercero, al acelerarse el cambio y afectar, cada vez a sectores más remotos de la sociedad,aumenta también la incertidumbre sobre las necesidades futuras. Reconocida la inevitabilidad del cambio, pero sin saber con certeza las exigencias que nos planteará, vacilamos en desti¬nar grandesrecursos a unos objetos fiados rígidamente y encaminados a servir objetivos inmutables. Para evitar compromisos con formas y funciones fijas, construimos para un uso a corto plazo, o bien alternati¬vamente,procuramos hacer productos adaptables. «Jugamos sobre se¬guro», tecnológicamente hablando.
14 En primer lugar, la tecnología progresiva tiende a rebajar el costo de fabricación mucho másrápidamente que el costo de reparación. Aquella es automática; ésta sigue siendo, en gran parte, una operación manual. Esto significa que, con frecuencia, resulta más barato sustituir que reparar. Eseconómicamente sensato confeccionar objetos baratos, irre-parables, que se tiran una vez usados, aunque puedan no durar tanto como los objetos reparables.
1.5 Segundo, los avances de la tecnología...
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