el aborto por continentes
En América Latina, a pesar de una prevalencia elevada de los abortos inseguros, que superan el 95 por ciento de los procedimientos de interrupción voluntaria del embarazo[1], las políticas estatales siguen dominadas por legislaciones restrictivas[2]. Esta doble dimensión (en tanto violación de derechos y riesgo sanitario) asociada al aborto realizado en condiciones de riesgo ha nucleadoa dos tipos de actores: el movimiento feminista y las organizaciones de profesionales de la salud.
El primero ha centrado sus demandas en la ampliación de derechos, visibilizando cómo la penalización del aborto lesiona la autonomía y la salud de las mujeres; mientras que el segundo ha puesto de manifiesto el rol político de su práctica profesional y ha desarrollado varias iniciativas paradisminuir la morbimortalidad.
Ambos actores han contribuido al desarrollo del tema desde la sociedad civil, brindando elementos para la ampliación de la noción de ciudadanía de las mujeres al concebir la inclusión de un factor fundamental para la concreción de sus derechos sexuales y reproductivos: el que puedan ejercer su derecho a la autodeterminación reproductiva y practicarse abortosvoluntariamente, sin que exista riesgo para su salud ni para su seguridad, dentro de un marco de derechos.
Nicaragua se diferencia de los demás países por la prohibición total del aborto que estipula su Código Penal a partir del año 2006 y la severidad de penas que plantea para quienes lo practiquen. De hecho, con sólo proporcionar información sobre el aborto las y los profesionales de la salud pueden serencarcelados, por lo que su accionar está severamente restringido en la esfera pública.
En Perú, donde el aborto es ilegal y está penalizado (con excepción del terapéutico, al que las mujeres tienen muy escaso acceso), se estima que un 35 por ciento del millón de embarazos que se registran anualmente termina en aborto inducido[4]. Existe una gran desigualdad: las mujeres de menor nivelsocioeconómico y las que viven en el medio rural son más proclives a realizarse procedimientos en peores condiciones[
En Guatemala, donde el Código Penal únicamente permite el aborto terapéutico y el culposo (es decir, el causado por conducta imprudente), se estima que más de un tercio de las 180.000 guatemaltecas que enfrentan embarazos no planificados cada año buscan un aborto, la mayoría de las vecesinseguro debido a que se recurre a la clandestinidad[6]. Al igual que en Perú, son las mujeres en situación de pobreza y las del medio rural las que tienen mayor riesgo de tener complicaciones y de no recibir el adecuado tratamiento.
En Uruguay, país en el que el aborto está penalizado desde 1938 (aunque con cuatro causales: honor, violación, razones de salud y angustia económica), lasmovilizaciones constantes de las mujeres organizadas colocaron el tema de la despenalización en la agenda pública nacional. Desde que se produce la recuperación democrática en el año 1985 hasta la actualidad, estas organizaciones han impulsado la modificación de la situación legal del aborto voluntario, sumando a diversos actores de la sociedad civil y de la academia.
En México, si bien ninguna de lasentidades federativas prohíbe totalmente la interrupción voluntaria del embarazo, la amplia mayoría de éstas considera que el aborto es la interrupción del producto de la concepción en cualquiera de sus etapas y (aunque con excepciones) prevén penas por ello. La salvedad es el Distrito Federal (DF), donde desde 2007 es legal la interrupción del embarazo hasta la duodécima semana de gestación.
Unavez que la ILE fue una realidad, el DF comenzó a garantizar servicios públicos de aborto con niveles crecientes de satisfacción para las usuarias. La sociedad civil no se retiró sino que continuó presente en el monitoreo de la experiencia, generando propuestas de mejora a ser implementadas por la Secretaría de Salud.
En todos los países analizados, los actores de la sociedad civil que promueven...
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