El agua
¿Será el agua el nuevo petróleo? Sí, de acuerdo con varios economistas, líderes de negocios, científicos y estrategas geopolíticos. Para estos expertos, ya no hay que creer que lo natural es que siempre podamos contar con el agua, esa sustancia que cubre un 70% del planeta y que está presente en un porcentaje similar en el cuerpo humano. Así como afinales del siglo XX hubo un shock del petróleo, el comienzo del siglo XXI puede pasar a la historia por el shock del agua, periodo en que la escasez produciría un aumento de los precios de un recurso que siempre ha sido abundante y barato. Este escenario podrá tener un impacto aún mayor que el del peak oil [nombre que recibe el punto máximo de la curva de producción del petróleo cuya fasesiguiente, de declive, es sinónimo de menos reservas disponibles y de costes más elevados de explotación], transformando mercados, gobiernos y ecosistemas.
En resumen: un 97% del agua del mundo es salada. La utilización que ha hecho el ser humano del 3% restante ha aumentado mucho debido a la industrialización y a la necesidad de producir más alimentos para una población cada vez mayor y más rica.
En1900, el consumo total de agua en todo el mundo fue de cerca de 770 kilómetros cúbicos, de acuerdo con un informe de 2007 de la consultora Sustainable Asset Management, de Zúrich. Actualmente, la cifra es de 3.840 km3. Se estima que sobrepasará los 5.000 km3 en 2025. Eso es menos que la precipitación pluviométrica anual en los lugares accesibles a los seres humanos, que es de 9.000 km3 a 12.000km3. Pero la contaminación, la basura y la distribución consumen buena parte de ese total, así como el cambio climático, las sequías y el derretimiento precoz de la nieve que lo acompañan. Las consecuencias, como el racionamiento de agua en California y la sequía esporádica de partes del Río Amarillo en China, son cada vez más visibles. En 2030, de acuerdo con estimaciones de la Organización para laCooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), más de la mitad de la población vivirá en áreas en las que el abastecimiento de agua será precario.
¿Una catástrofe ignorada?
De momento, el problema — y su impacto sobre la economía, la población y los negocios — ha despertado poca atención. Una investigación de 2007 patrocinada por el Marsh Center for Risk Insights reveló que aunque un 40% de lasempresas del ranking del Fortune 1000 creyeran que el impacto de la escasez de agua tendrá consecuencias entre severas y catastróficas, sólo un 17% de ellas dijeron que estaban preparadas para una situación de ese tipo. “Muchas empresas no han comenzado todavía a pensar en el asunto como algo realmente importante”, dice Howard Kunreuther, director adjunto del Wharton's Risk Management and DecisionProcesses Center y ex-asesor del Marsh Center. Lo mismo vale para el público en general, añade Kunreuther: las personas siempre han pensado en el agua como “un bien libre. Se escurre por el lavabo, tomamos baños largos, pagamos la cuenta todos los meses y ni siquiera pensamos en el asunto”.
Tal vez ese panorama esté cambiando. Ahora, con la llegada del otoño en el hemisferio norte, la escasezde agua tiene su versión particular de Una verdad incómoda con el lanzamiento en todo EEUU de un documental sobre el peligro que amenaza a las reservas de agua: Flow (Flujo), que la revista Wired calificó como “la película más terrible del Festival de Cine de Sundance”. ¿Estamos condenados a un futuro de sed? No necesariamente. Sin embargo, la buena y vieja agua está próxima a adquirir la condiciónde oro azul, una commodity escasa, reñida, transportada de un país a otro y, posiblemente, vendida a quien haga la mejor oferta — una situación que constituye un riesgo y también una oportunidad.
“Se trata de un desafío de grandes proporciones”, observa Witold Henisz, profesor de Gestión de Wharton y miembro de un panel sobre riesgos globales del Foro Económico Mundial. Henisz cree que el...
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