El Equilibrio Puntuado Afirma Que La Mayor Parte De La Historia Evolutiva Se Caracteriza Por
El 1 de julio de 1858 Charles Lyell y Joseph Hooker expusieron en la Sociedad Linneana de Londresuna teoría que llegaría a ser revolucionaria y universalmente aceptada, gestada durante más de 20 años por un entomólogo aficionado de formación eclesiástica (Charles Darwin) y un joven naturalista bastante desconocido pero muy impetuoso, con quien se carteaba (Alfred Russel Wallace).
Probablemente en otoño de ese año la revista inglesa Quarterly Review recibió un ejemplar de un nuevo libro conun tema que en principio se consideró excesivamente especializado, y que no iba a atraer al público en general. Fue despachado con el consejo expreso de que el autor escribiera algo sobre palomas, dado que las palomas "...interesan a todo el mundo".
Como ese acertado consejo fue pasado por alto, el 24 de noviembre de 1859 vio la luz El Origen de las Especies por Selección Natural o la preservaciónde las razas favorecidas en la lucha por la vida, libro que contó en su primera edición con 1250 ejemplares que se vendieron el primer día, y que nunca ha estado agotado. A pesar de la importancia del contenido de la obra de Darwin, nótese que, hoy por hoy, el título completo hubiera hecho desistir hasta de su lectura inicial a cualquier redactor, luego no debiera extrañarnos estas decisiones máso menos fallidas...
EL AÑO DE LA CONMEMORACIÓN DE DARWIN
Entre una fecha y otra (1 de julio del 58, 24 de noviembre del 59) se cumplió el 50 cumpleaños de Charles Darwin. Por ello se celebra el Año de Darwin en un período que ni es un año, ni coincide con tal, habiendo comenzado el 1 de julio de 2008, y esperando terminar en noviembre de 2009.
Considero necesario que, dentro de esaconmemoración o no, hagamos un repaso a lo que supuso la publicación de El Origen, y la influencia que tal obra tuvo en su época y arrastra hasta nuestros días.
Es importante destacar que a principios del s. XIX se estaba dando el vuelco político definitivo que convertiría en potencia mundial a Gran Bretaña, a costa de las miserias de quien lo había sido hasta entonces, España, sumida primero en laguerra contra Napoleón, y después en un período de guerras civiles, marchas y contramarchas que, bajo la responsabilidad directa del monarca reinante Fernando VII, iniciaron los 100 años de desfase que manteníamos como nación respecto a Europa hasta hace no muchos, y de los que hemos sido testigos quienes desayunábamos los sábados contemplando el (único) programa infantil de una TV en blanco y negro. La Química de principios de 1800 vivía su edad de oro, y la Física había tenido ya más de 100 años para sacar todo su rendimiento a los Principia de Newton, incluyendo el descubrimiento por deducción de algún que otro planeta (Neptuno, Urbain Jean Joseph le Verrier en 1846). A principios del s. XIX se había embarcado con entusiasmo en el callejón sin salida del electromagnetismo y las ondas deléter, que desembocarían a principios del s. XX en la Teoría de la Relatividad.
La Biología, ciencia que siempre ha ido a remolque por su controvertido objeto de estudio[1], se empezaba a asombrar por el estudio sistemático de los fósiles que la recién nacida Geología comenzaba a hacer aflorar. La obra de Hutton y la divulgación que de ella hiciera John Playfair habían embarcado a la ciencia de...
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