El general en su laberinto
El general en su laberinto
Bogotá: Editorial Oveja Negra, 1989, 284 pp.
Tema: Perfiles biográficos del Libertador Simón Bolívar durante su último viaje por diferentes pueblos de Colombia, hasta su muerte. Por: Nelly Rocío Amaya. M. Periodista, crítica de literatura. Público general. Fecha de la reseña: 22.02.07 Siempre atraerá la vida deSimón Bolívar, el héroe de la gesta libertadora de los pueblos americanos que se mantenían como colonias del reino de España: Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Panamá.
El general en su laberinto,
es una de esas novelas que después de leerla no se olvida fácilmente al ofrecer una mirada intimista del Libertador, hasta el final de su vida, cuando después de alcanzar la gloria vacayendo en un laberinto existencial de soledad y abandono, desengaño, hastío y tristeza. Así en 1830, el último año de vida del Libertador, cuando ya casi estaba culminada la emancipación de los países y se definían los marcos constitucionales que habrían de gobernarlos, vemos como concluye su trayectoria en el último viaje por los pueblos de Colombia, que comprende destinos como Santa Fe de Bogotá,Facatativá, Guaduas, Honda, Puerto Real, Ocaña, Mompox, Zambrano, Barranca Nueva, Cartagena, Turbaco, Soledad, Barranca de San Nicolás y finalmente Santa Marta, donde envejece prematuramente y se muestra más humano, errático, insomne, y con temibles achaques y enfermedades que ningún paliativo podían mitigar. Por fuera de un aura de gloria, e incomprendido por muchos, tiene que habérselas conmuchas dificultades (traiciones, entorpecimientos, detractores), y batirse solo en esa batalla sorda y personal que antecede a su muerte, una vez agotados todos los medios y consumido en gran parte su ingenio y vigor, pese a tener de vez en cuando relámpagos de entusiasmo y determinación; pero su halo de grandeza se desvanece pronto en otro laberinto que lo regresa a la nada. Así se muestranaspectos de su personalidad que complementan esa figura mítica e idealizada, como su apego al poder, su gusto por las mujeres (lo que cultivaría hasta sus últimos días), su consideración por los animales y los perros que recogía de la calle, sus relaciones con sus colaboradores como José Palacios, Belford Hinton Wilson, Francisco de Paula Santander, Antonio José de Sucre, Manuelita Sáenz o RafaelUrdaneta, entre otros. Además se proyecta el aprecio que prodigaba a quienes permanecían más leales con su causa y su persona, como su mayordomo, quien a pesar de ser analfabeta, poseía una gran cultura y una memoria prodigiosa que servía de ayuda al Libertador; y por supuesto, el amor hacia Manuelita, aguerrida y tolerante compañera que organizaba movimientos bolivaristas, y acompañaba al General ensus peores momentos, leyéndole los documentos más importantes. Pero también vemos sus fugas delirantes hacia el pasado, sus crisis de demencia como síntoma de agotamiento, las recurrencias de sus recuerdos en medio de una menguada sexualidad, sus determinaciones repentinas y sus golpes de lucidez. Lamentablemente los hechos históricos corroboran que a su muerte llegó moralmente deshecho,hastiado, desengañado y solo, a la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, ese 17 de diciembre de 1830, con unos pocos amigos; y que siete días antes, había dictado un testamento -luego de que al
ecérsele los sacramentos, se percatara de su grave estado de salud, diciendo: “¡Cómo saldré yo de este laberinto!”. En la novela el estado general del Libertador era comprensible: loacusan de promover desobediencias militares, en su intento por recuperar el poder que el Congreso le había quitado después de doce años de ejercicio continuo, de querer ocupar la presidencia vitalicia para dejar en su lugar a un príncipe europeo, de estar fingiendo un viaje al exterior, cuando en realidad se iba para la frontera con Venezuela, desde donde planeaba regresar para tomarse el poder...
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