ElFeminismo Y Los Estudios Internacionales
INTERNACIONALES
Por ITZIAR RUIZ-GIMENEZ ARRIETA
SUMARIO
I. INTRODUCCIÓN.—II. CUESTIONAMIENTO DEL REALISMO: 1. Cuestionamiento del para-
digma realista. 2. Cuestionamiento de la agenda realista de lo internacional.—
III. CUESTIONAMIENTO DE OTRAS ESCUELAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES: 1. Las
críticas feministas a las Teorías Estructuralistas. 2. Las críticasfeministas al Liberalismo.—IV. CUESTIONAMIENTO DE LA EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍA DE LAS RELACIONES
INTERNACIONALES.—V. CONCLUSIÓN.
I.
INTRODUCCIÓN
La literatura feminista en las últimas décadas ha demostrado de forma fehaciente cómo el sistema de género no sólo configura nuestra identidad sino también contribuye a la organización de las estructuras socioeconómicas, del mundo político o
jurídico, dela familia, la religión, el placer, la sexualidad, el ocio, etc. (1). Aunque
existen definiciones diversas se puede delimitar el concepto de género como aquella
«construcción social y cultural de las categorías de la masculinidad y la feminidad» (2) que determina una atribución diferente de rasgos personales, actitudes, sentimientos, cualidades, conductas y actividades a las mujeres y loshombres. Es bien
conocido que los papeles y actividades asignadas a lo masculino y lo femenino difieren entre las distintas culturas e incluso a lo largo del tiempo en cada una de ellas.
Sin embargo también se constata que «existe un hilo conductor entre las distintas
maneras de conformar y valorar lo masculino y lo femenino» (3). Podría considerar(1) Junto a otros sistemas de poder como el de clase o elde raza, etc.
(2) MARYSIA ZALEWSKI: «Feminist scholarship in International Relations», European Journal of
International Relations, vol. 3, núm. 3, 1997, pág. 340.
(3)
JENNY CHAPMAN: «La perspectiva feminista», en DAVID MARCH y GERRY STOKER (eds.): Teoría
y métodos de la ciencia política, Alianza Editorial, Madrid, 1997, pág. 105.
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Revista de Estudios Políticos (Nueva Época)
Núm. 108.Abril-Junio 2000
ITZIAR RUIZ-GIMENEZ ARRIETA
se que ese hilo conductor tiene dos hebras. Por un lado, la tendencia a «naturalizar»
esas categorías como algo inherente a las diferencias sexuales biológicas, cuando
como decíamos antes, se trata de creaciones culturales en la que las diferencias físico-psicológicas juegan un papel cuasi simbólico. Por otro, la comprobación de que
en la mayoría de lasculturas y sociedades suele otorgarse un valor superior a lo
masculino. «El género no es únicamente una dicotomía hombre-mujer sino una jerarquía en la que el primero está por encima de la segunda» (4), la cual se construye
siempre en negativo, en oposición (5).
A diferencia de la mayoría de las disciplinas de las ciencias sociales que se vieron inundadas desde la década de los sesenta de«estudios, teorías, filosofías y perspectivas que, a pesar de sus múltiples divergencias, tienen en común el utilizar el género como una importante (a veces la más) unidad de análisis» (6), la disciplina de
las Relaciones Internacionales se ha mostrado hasta la década actual sumamente
reacia a incorporar un análisis de este tipo.
Tal y como señalan autores como Margot Light y Fred Halliday (7) se puedehablar de cierta inercia institucional, de una escasa presencia de mujeres en la disciplina y de la propia despreocupación de las teorías feministas (8) como factores explicativos de este fenómeno. Sin embargo parece evidente que la principal reticencia a
la incorporación de una perspectiva de género en las Relaciones Internacionales viene dada por la concepción que muchos académicos tienen de ladisciplina. Dicha
concepción lleva a defender que las Relaciones Internacionales son neutras en cuanto al género. Y ello porque parten de las ideas siguientes:
1. Los temas de los que se ocupa la disciplina afectarían por igual a hombres
y mujeres. Esta creencia se asienta en la vieja idea de que las Relaciones Internacionales se dedican al estudio de la denominada «alta política» (las relaciones...
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