En La Oscuridad
primer aparato en volverse popular fue el Kindle, la paradójica respuesta de
Jeff Bezos, el fundador de Amazon, a su inmenso éxito a la hora de vender
libros de papel por internet. La compañía dio el bandazo sin dolor y hoy,
apenas uno abre su página, la oferta del Kindle lo recibe como una suave
cachetada.Pronto se multiplicaron los aparatos disponibles: están los Sony
Readers (contemporáneos del Kindle), el Nook de Barnes & Noble y el iPad
de Apple, mientras que para este año se anuncia la Chrome Tablet de Google
y se especula que en poco tiempo podrían lanzarse al mercado hasta cien
adminículos con pantalla lectora, no ya para hacerle competencia al Kindle,
sino para garantizarnos a loslectores un futuro caótico. El supuesto Libro 2.0
amenaza con convertirse en el Libro 0.25.
Los datos que incluyo en la nota
1
son los que nos ofrece la foto vigente durante un par de meses a mediados de este año de 2010, si bien la tendencia
no es difícil de detectar: los aparaticos disponibles empezaron caros pues
explotaban la novelería de los consumidores, luego descendieron de precioy van a seguir descendiendo, de suerte que tarde o temprano la tentación
electrónica estará al alcance de la mayoría de la gente. Al mismo tiempo, es
imposible saber cuáles aparatos sobrevivirán y cuáles desaparecerán en unos
años. Lo único seguro es que a Bartleby le va a llegar mucha compañía para
el Betamax que conserva allá en su escondite de las cartas perdidas y de los
objetosfracasados.
Una perogrullada necesaria nos dice que no existe la lectura, sino los lectores, lo que significa que los hay y los habrá para objetos diversos. Pero el
que sí es tangible es el precio que se paga por el material que uno lee, el cual
también está bajando a marchas forzadas, hecha la importante salvedad de
lo que publican ciertas revistas especializadas. Sugiere la tónicadespiadada
en boga que el precio de los libros bajará al menos hasta que uno, en ese caso
necesariamente electrónico, cueste más o menos lo mismo que una gaseosa.
Me asalta la pregunta obvia: ¿acaso es tanta la gente que se ha quebrado comprando libros? No, desde luego que no. Los que sí se han estado quebrando
1. Un repaso reciente me da por lo menos las siguientes opciones: el Kindle de Amazonpor estos
días bajó de us$ 489, a us$ 189/us$ 139, según el modelo. Hay tres millones en circulación. Están
el Nook de Barnes & Noble (us$ 149 o us$ 199), el Sony Reader (Touch Edition us$ 199,99, Daily
Edition us$ 349,99, Pocket Edition us$ 169,99), el iPad de Apple (un mínimo de us$ 499), el más
exitoso de todos, con tres millones vendidos en menos de un año. Los libros digitales alternanentre us$ 12,99 y us$ 9,99, con algunos por encima y otros por debajo. No sé a los lectores, pero a
mí esa abundancia de 99ves me da la impresión de una inseguridad profunda.51 Nueva Sociedad 230
Libro 2.0
con frecuencia son los vendedores de libros –y me abstengo de mencionar
a quienes los editan o los escriben, para no deprimirme– porque aunque la
competencia es de siempre en laindustria, la vertiginosa espiral descendente
de los últimos veinte años trajo un rompimiento con la tradición. Cuesta recordar a estas alturas que hubo un tiempo en que el precio no era el elemento
central en la compra de libros, al menos no para un grupo importante e
influyente de lectores al que podríamos llamar «de tapa dura», quienes
aceptaban pagar un sobreprecio considerable por elprivilegio de leer una
novedad.
Reina, pues, una comprensible histeria en el ambiente. Jason Epstein
2
,
un veterano que solía tener nervios
de acero, ahora habla del «miedo a
la obsolescencia» como el combustible que mueve esta gran máquina
de especulación verbal y ventila su
nerviosismo en modo profético, tratando de reducir la ansiedad por medio de arriesgadas especulaciones sobre...
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