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La desigualdad más difundida en el campo de la educación es la que existe entre las mujeres y los hombres. En 1990, en el mundo, la tasa de escolarización en la enseñanza primaria en la edad de 6 a 11 años era el 74,6% de las niñas y el 88,3% de los niños. En los países desarrollados estas tasas respectivamente era 91,8% y 92,2%; en los países en desarrollo, 71,3%y 81,5%; en África, 52,4% y 61,5%. El desequilibrio está todavía más acentuado en el nivel secundario, donde las tasas para todo el mundo eran 48,3% de las niñas y 57,3 de los niños24.
Esta discriminación impone un pesada carta a las mujeres adultas. En 47 países, en 1992, las mujeres de más de 25 años habían tenido una media de menos de dos años de escolaridad. Este bajo nivel educativo sólo seencontraba para los hombres en 21 países. En 42 países, la escolaridad de las mujeres era la mitad menos que la de los hombres. Todos los países aludidos se encuentran en África o en Asia del Sur25. Las mujeres representaban más del 60% de los mil millones de analfabetos del mundo en 1990 y, en los países en desarrollo, no sabían leer ni escribir un 44,5% de las mujeres adultas, es decir dos vecesmás que los hombres26 .
¿Por qué a nivel mundial hay en las escuelas menos niñas que niños? Primero porque, tradicionalmente, las niñas comparten con su madre una buena parte de las tareas familiares. Además, en las familias pobres, las mujeres buscan un trabajo remunerado que se añade al de las tareas domésticas. Cuando las madres encuentran un empleo fuera de casa, las hijas, incluso las muyjóvenes, las sustituyen asumiendo el papel de "pequeñas madres". Además de ocuparse de cuidar a sus hermanos y hermanas, las jóvenes están mucho más comprometidas en las tareas domésticas que los varones. En Burkina Faso, por ejemplo, la mayor parte de las niñas se ocupan de la casa a partir de los 7 años, mientras que los niños raramente lo hacen antes de los 11. Sus responsabilidades llevan, pues,a las niñas a asistir menos a la escuela. Los que defienden la educación de las mujeres y están en contacto con estas realidades, piden constantemente la creación de servicios de asistencia a los niños más pequeños y de guarderías, para facilitar la escolaridad de las niñas y, al mismo tiempo, la disminución del tiempo que pasan las mujeres yendo a buscar agua, a cultivar el huerto y a recogerleña o comida para los animales.
Una segunda razón se refiere al costo de la educación. Incluso cuando la enseñanza es oficialmente gratuita, los padres saben que tienen que comprar libros, cuadernos o material escolar, y a veces un uniforme. En Kenya todo esto representa 2.000 shillings keniatas al año (70 dólares aprox.), es decir, casi la cuarta parte de la renta media por persona27. Los pobresse ven obligados a elegir entre sus hijos a aquellos "en los que van a invertir", e inevitablemente las excluidas son las hijas. Los varones tienen más oportunidades que sus hermanas de encontrar un empleo remunerado después de terminar su escolaridad, y de abandonar el domicilio familiar.
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Hay otras causas que explican la desigualdad entre los sexos: las distancias, la falta de medios detransporte, el temor a la inseguridad; he ahí algunos obstáculos a la asistencia de las niñas a clase de enseñanza media, que son aun más preocupantes en las ciudades donde se ha agravado el clima de violencia sexual. En Asia y en África la mano de obra femenina está muy solicitada en la agricultura, y las niñas deben comenzar a adquirir habilidades manuales muy temprano, en una edad en que las manos yel cuerpo todavía están flexibles. Los conocimientos que ellas adquieren de ese modo tienen gran importancia para el matrimonio en las familias que viven de ocupaciones rurales o agrícolas.
También las tradiciones culturales contribuyen a alejar a las niñas de la escuela. Las sociedades musulmanas de estricta observancia no pueden aceptar que se imparta a las niñas enseñanza por profesores...
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