Estudiante
Los partidos -como el Estado- gastan mucho más de lo que ingresan. La necesidad de obtener recursos para mantener su gran maquinaría burocrática y propagandística ha llevado alas formaciones políticas a bordear la ley cuando no a saltársela a la torera como en casos tan sonados como Filesa, Naseiro, Casinos de Cataluña o las tragaperras en el País Vasco.
PP y CiU, con elapoyo tácito del PNV, presentaron ayer en el Congreso sendas proposiciones de ley que elevan la cuantía que los partidos pueden recibir de las empresas y aceptan las donaciones anónimas -que la Ley de1987 ya regulaba- siempre que no rebasen un determinado límite.
El partido de Aznar propone concretamente que las empresas puedan donar hasta 15 millones de pesetas, desgravables fiscalmente. ElPP establece que estas ayudas no superen el tope del 10% de las subvenciones que todos los partidos reciben del Estado.
El PSOE se opone, en principio, a este planteamiento del PP, alegando que enla práctica supondría duplicar el techo actualmente existente para aportaciones empresariales.
Los socialistas proponen prohibir, de ahora en adelante, que los partidos reciban dinero de lasempresas y que los donativos puedan ser anónimos, de suerte que sólo serían aceptables las aportaciones personales.
Queda claro que, tras estos dos planteamientos, se perfilan dos filosofías biendistintas sobre cómo deben financiarse los partidos. El PP sostiene que es mejor acabar con la actual hipocresía, normalizando lo que ya se hace bajo cuerda. El PSOE considera que la permisividad de la Ley deFinanciación de 1987 ha generado corrupción política, al no establecer una frontera clara entre partidos y negocios. Su propuesta es la más estricta de todas las planteadas, al limitar el recurso delas formaciones al dinero que aportan el Estado y los militantes, más las donaciones individualizadas que se obtengan.
Es difícil tomar postura entre ambas opciones, ya que ambas tienen sus pros...
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