eutanacia
la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella "acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente".
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar por acción directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: noproporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma.
Esta acción sobre el enfermo, con intención de quitarle la vida, se llamaba, se llama y debería seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del paciente sobre su enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su vida, el llamadosuicidio asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo que se propone entra en grave conflicto con los principios rectores del Derecho y de la Medicina hasta nuestros días. No le ponemos un nombre más "dulce", porque no lo tiene; que algunos se inventen sus propias historias y justificaciones al respecto -bien alejadas de la realidad, por cierto-, es otro cantar.
De acuerdo con el Santo Padre,"la eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante «perversión» de la misma.
En efecto, la verdadera «compasión» hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar. El gesto de la eutanasia aparece aún másperverso si es realizado por quienes --como los familiares-- deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos --como los médicos--, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas.
La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y quenunca dio su consentimiento. Se llega además al colmo del arbitrio y de la injusticia cuando algunos, médicos o legisladores, se arrogan el poder de decidir sobre quién debe vivir o morir.
De este modo, la vida del más débil queda en manos del más fuerte; se pierde el sentido de la justicia en la sociedad y se mina en su misma raíz la confianza recíproca, fundamento de toda relación auténticaentre las personas. El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba. Es petición de ayuda para seguir esperando, cuando todas las esperanzas humanas se desvanecen". (1)
Parecementira que un médico y legislador perteneciente a la izquierda -presunta defensora de los derechos humanos- pueda presentar semejante proyecto, claramente contrario al principal derecho de todo hombre: el derecho a la vida. Sin embargo, es comprensible. Porque quien no tiene fe, quien ve la vida desde un punto de vista meramente utilitarista y al hombre como un ser puramente material,obviamente se desespera ante el dolor y la muerte.
A todos nos consta que soportar estos trances, se torna con frecuencia más difícil para los que acompañan y rodean al enfermo, que para el enfermo mismo; entonces, seamos sinceros: ¿a quién se pretende ayudar legalizando la eutanasia?; ¿al enfermo, o a los que deciden su muerte? ¿Alguien se ha propuesto estudiar acaso, que consecuencias trae en unapersona tomar conciencia de su responsabilidad en la muerte de un ser querido? ¿A los defensores de la eutanasia les importa?
Es interesante considerar lo que plantea la Conferencia Episcopal Española en un documento difundido el 19 de febrero de 1998, con motivo de una campaña realizada en aquel país para despenaliar la eutanasia:
"Hoy la eutanasia resulta de nuevo aceptable para algunos a causa...
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