Garcia Charcot Bisagra
Verónica Lorena García
Introducción
Luego de hacer un breve recorrido por el trabajo realizado por Charcot durante los años 1862 a 1893 en la Salpêtrière, principalmente en relación a la histeria, resulta prácticamente imposible negar el valor que éste le otorga a la mirada. Tal es como lo define E. Roudinesco “un hombre silencioso, queprefiere el ojo a la palabra”2, resaltando el lugar central que la observación ocupó en los exámenes clínicos a partir de los cuales se desarrollan los diagnósticos y descubrimientos de Charcot. Y en este recorrido surgen una serie de interrogantes que guiaran el presente trabajo: ¿Cómo se mira algo nuevo? ¿Qué lugar ocupa Charcot en el desarrollo de la psicología? ¿Cuál es el papel de la hipnosisen su trabajo?
Partiré, para intentar responder a los interrogantes disparadores, de una aproximación a los diferentes sentidos que la histeria ha tenido a lo largo de la historia. Luego presentaré al personaje central de este informe: Charcot. Desarrollaré su relación con la histeria y la hipnosis. La respuesta de sus contemporáneos. Finalmente intentaré mostrar que, así como parte de sus teoríashan sido la base para desarrollos posteriores, gran parte de las mismas han sido olvidadas.
Para esto me he basado en un texto de Charcot traducido al español, publicado en el libro “Historia de la ansiedad”, de Norberto Conti y J. Carlos Stagnaro, utilizado como fuente y analizado a partir de textos de Michele Foucault, “El poder psiquiátrico”; Elizabeth Roudinesco, “La batalla de los cienaños”; Marcel Gauchet, “El verdadero Charcot”; Henri Ellenberger, “El descubrimiento del inconsciente”; Sigmund Freud, “Charcot”
Desarrollo
1. Breve aproximación a la histeria
“Las histéricas cuidan de sus compañeras simulando sus enfermedades de maravilla; están poseídas por la manía de poner en escena el sufrimiento de otros: poseen el genio de la risa, de las tragedias y del sollozo; se parecen a losacróbatas, a los bufones; mojadas y aullantes, desarrapadas, muestran la locura del mundo, la miseria del pueblo.”3
La concepción de la histeria ha variado a lo largo de los años, así como su lugar en la sociedad y en el ámbito de la medicina. Fue Hipócrates quien utilizó por primera vez este término para referirse a un tipo de afección orgánica que afectaba a las mujeres, específicamente alútero, que se desplazaba por el cuerpo provocando desordenes variados y cuya cura era la relación con el sexo opuesto. Durante la Edad Media la influencia religiosa modificó esta concepción, y las histéricas eran consideradas poseídas por el diablo; la caza de brujas tuvo su auge en esta época así como los exorcismos.
A mediados del siglo XVII Thomas Sydenham, luego de analizar los síntomas histéricose hipocondriacos (considerados el correlativo histérico en el sexo masculino), sostiene que “provienen del desorden o movimiento irregular de los espíritus animales”4 que afectan tanto a las funciones de los órganos que sobrecargan como a aquellos de los que se retiran, a causa del desequilibrio energético generado. La debilidad de los afectados es el principal factor de tal desacomodación “poreste motivo hay mayor número de mujeres atacadas por los vapores que los hombres, pues ellas son naturalmente más delicadas y de un tejido menos prieto y menos consistente, pues están destinadas a funciones menos penosas; por el contrario, los hombres tienen un cuerpo robusto y vigoroso por estar destinados a grandes y penosos trabajos.”5 Señala que el tratamiento indicado consiste en primer términoen debilitar los espíritus animales causantes del desorden mediante la purga y la sangría, y luego en el fortalecimiento de la sangre de manera que los espíritus fortificados “estén en condiciones de custodiar el orden que conviene a la economía de todo el cuerpo”6.
A mediados del Siglo XIX Paul Briquet, luego de numerosas observaciones a pacientes histéricas, realiza una crítica a las...
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