Gaza
Cercano Oriente, entre la crisis y la paz
La cumbre de Camp David, que tuvo lugar del 11 al 25 de julio de 2000, fue sin lugar a dudas el encuentro más importante entre palestinos e israelíes desde la firma en Washington del "acuerdo de Oslo", en septiembre de 1993. Se debatieron temas cruciales como el problema de los refugiados palestinos, o el estatuto de Jerusalén, junto con lacuestión de las fronteras y el destino de las colonias israelíes creadas dentro de los territorios ocupados. Pero esta reunión, auspiciada por Washington, estaba condenada al fracaso antes de comenzar.
"En esta misma sala, poco antes del envío de las invitaciones para Camp David, le expliqué claramente a Madeleine Albright que un encuentro como éste está condenado al fracaso si no se lo preparacon la seriedad y profundidad que su relevancia exige". En su oficina de Ramallah (Cisjordania), al día siguiente de su regreso de la cumbre, el presidente palestino Yaser Arafat es categórico. Creyó haber convencido a la secretaria de Estado de Estados Unidos, pero Albright se dejó convencer finalmente por el Primer Ministro israelí, Ehud Barak, y recomendó entonces al presidente William Clintonque adoptara el punto de vista israelí y convocara rápidamente a los dos protagonistas.
Barak consiguió persuadirla de que una reunión cumbre a puertas cerradas entre él, Arafat y Clinton, a espaldas del resto del mundo, podría obligar al dirigente palestino a un acuerdo de paz que dejaría satisfecho a Israel y pondría término al conflicto secular entre judíos israelíes y árabes palestinos.¿Pensaba realmente lograr una paz definitiva y duradera, acompañada de una declaración en la que los palestinos pusieran punto final a sus reivindicaciones, al cabo de una o dos semanas de negociaciones, cuando un abismo sigue separando a las dos partes?
Algunos artículos de la prensa israelí1 hicieron referencia a la hipótesis de una gran maniobra: Barak presenta propuestas inaceptables para lospalestinos en lo concerniente a Jerusalén, los refugiados, las fronteras, las colonias, etc. Si las presiones conjuntas de Clinton y Barak resultan en que Arafat acepta lo inadmisible, sería una victoria resonante para el Primer Ministro israelí. En el caso contrario, Barak acusaría a los palestinos por el fracaso. Este fracaso confirmaría, como recalca una consigna cara a la derecha israelí, que "nohay interlocutor (para hablar de paz) entre los palestinos"…
Para dar una medida de la intensidad de las presiones, Arafat dijo que las dos semanas de la cumbre fueron más duras que los dos meses del sitio a Beirut y los bombardeos del verano de 19822. Sin embargo, no le era fácil rechazar la invitación del presidente Clinton, quien no sólo profundizó los lazos entre Estados Unidos y laAutoridad Palestina desde 1993, sino que fue a Gaza en diciembre de 1998 para pronunciar un discurso en la sesión extraordinaria del Consejo Nacional Palestino. Además, durante los ocho años de su mandato invitó veintidós veces a Arafat a la Casa Blanca, muchas más que a ningún otro dirigente árabe. El Presidente estadounidense apostó por lo demás a esta privilegiada relación para ayudar a Barak aimponer su punto de vista.
En el transcurso de la cumbre, Arafat explicó en varias oportunidades las razones por las cuales no podía aceptar las propuestas que le eran sometidas. Y ante la insistencia de Clinton, le respondió: "Señor Presidente, ¿quiere usted asistir a mis funerales?"3. En otra ocasión, Clinton y Barak ya habían coordinado sus esfuerzos para doblegar a otro dirigente árabe, elpresidente sirio Hafez El Assad. Pero pese a la realización de una cumbre Clinton-Assad en Ginebra, en marzo de 2000, el fracaso fue completo. En las vísperas de Camp David, el presidente egipcio Hosni Mubarak alertó a Arafat contra la reiteración de esta maniobra.
Así fue como Arafat acudió volens nolens a la cumbre. Conocía los resultados de las negociaciones del "canal secreto" de Estocolmo...
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