informacion del visbreaking
residuales (atmosféricas o de vacío), mediante una pirólisis suave, tiene un doble atractivo
en cualquier refinería en la que exista un desequilibrio permanente entre las
disponibilidades de estos productos y una demanda insuficiente de fueloil. El objetivo del “visbreaking” es el craqueo de las ramificaciones parafínicas de las 62 grandes moléculas
y agrupaciones moleculares presentes en los residuos que son responsables de la alta
viscosidad y del alto punto de fluidez (pour point) de los mismos, facilitando así la
preparación de fuelóleos dentro de las especificaciones debido a que deben usarse
menos cutter stocks para la reducción de la viscosidad de los residuos. Adicionalmente se obtienen, como consecuencia del cracking, fracciones destiladas valiosas que pueden ser
procesadas en la refinería y usadas como blending stocks (en la formulación de productos
finales) o, por lo menos como cutter stocks, en lugar de otros destilados pesados más
valiosos disponibles para otros fines. Primero en USA, más recientemente en Europa y Japón, el visbreaking ha merecido un interés creciente por parte de la industria del refino,
sobre todo a partir de la crisis de 1979, como consecuencia de la importante disminución
verificada en el consumo de fuelóleos, especialmente destinados a la generación de
electricidad. La disminución de la viscosidad que se produce en este tratamiento a
temperaturas próximas a los 470ºC es debida al craqueo de los aceites que forman la fase continua de los residuos, dando lugar a una disminución de su tamaño y peso
molecular, pero también a la pérdida de muchas de las ramificaciones parafínicas de los
asfaltenos y resinas que constituyen la fase dispersa. Para cuantificar la eficacia de la
reducción de la viscosidad se utilizan distintos parámetros, pero el más frecuentemente utilizado es el denominado “grado de conversión”, definiendo como tal la producción
conjunta de fuelgas, naftas y destilados del tipo medio y pesado, expresada como un
porcentaje en peso de la alimentación. En principio parece deseable operar siempre a la
máxima conversión posible, maximizando la producción de destilados. Sin embargo
existen dos limitaciones prácticas que impiden trabajar con conversiones elevadas: la estabilidad del residuo viscorreducido y la formación de coque en los equipos sometidos a
altas temperaturas, sobre todo en los serpentines de los hornos. La estabilidad de la
emulsión de asfaltenos en los aceites, exigible a cualquier fuelóleo para que no se
separen las fases por coagulación y decantación en los tanques de almacenaje en los que
posiblemente debe permanecer mucho tiempo, es debida a una cierta compatibilidad entre los aceites de alto peso molecular (fase continua), de naturaleza apolar, y las
micelas fuertemente polares de los asfaltenos ricas en ramificaciones y cadenas
parafínicas, actuando como agentes peptizantes de las resinas, también con un alto grado
de ramificaciones parafínicas. La disminución del peso molecular de los aceites y la pérdida de dichas ramificaciones parafínicas en las resinas y asfaltenos, que ocasionan la
pirólisis, va reduciendo la compatibilidad entre ambas fases, de modo que, con el tiempo,
se produce la coalescencia de los asfaltenos y, debido a su mayor densidad relativa, su
decantación. Es evidente que cuanto mayor sea el contenido de asfaltenos de un 63
residuo, menor podrá ser su grado de conversión para que no se produzca la pérdida de estabilidad. Sólo en el caso de que el residuo viscorreducido se vaya a consumir en la
propia refinería podrá forzarse la conversión, superando el límite de estabilidad, pero
obligándose a mantenerlo almacenado en tanques provistos de sistemas de agitación,
para que no se produzca la decantación. La estabilidad del fuelóleo producido a partir de ...
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