investigador
La mayor parte de las obras públicas –en particular, todas las construidas en hormigón y la mayoría de las estructuras metálicas– han sido construidas en el siglo 20. Muchos puentes y obras hidráulicas de reconocido valor patrimonial que están fuera de uso se encuentran fuertemente deteriorados. Y, a menudo, ocurre algo similar en los que siguenutilizándose en la actualidad, en relación a todos los elementos no directamente conectados o imprescindibles para su funcionamiento. Incluso las obras en pleno funcionamiento son difíciles de entender como recurso patrimonial, por las dificultades de acceso y contemplación ligadas a su ubicación y tamaño.
En parte, el generalizado desconocimiento de las obras públicas es debido a su peculiar condiciónfuncional y su dispersión territorial. Salvo casos excepcionales, no tienen la consideración de monumentos que tienen los edificios religiosos, administrativos o culturales. Tampoco ocupan un lugar central en el campo de la arqueología industrial que se ocupa de las fábricas y demás instalaciones productivas, dada su indudable importancia funcional, estética y territorial que hacen obligada suconsideración separada.
Poco conocidas y totalmente desaprovechadas en cuanto su interés cultural y territorial, las obras públicas son las grandes desconocidas de un Patrimonio que, paradójicamente y como bien recoge su nombre, es más público o colectivo que cualquier otro (Prasuhn, 2003). Eso da lugar a un total desinterés por su conservación de manera que, cuando su deterioro menoscaba su funciónutilitaria, suele haber escaso rechazo a su demolición. Con su sustitución por obras nuevas de escaso carácter, las zonas rurales van perdiendo los rasgos de identidad que conforman su paisaje y apoyan el imaginario colectivo. Cada obra pública que se pierde propicia un inmediato empobrecimiento cultural del paisaje del lugar y una pérdida referencial en el sistema identitario colectivo.
Lapresente comunicación argumenta la consideración patrimonial de las obras públicas y destaca, específicamente, su sentido territorial como uno de los valores esenciales y distintivos del conjunto del patrimonio arquitectónico. En este sentido, es complementaria a la comunicación de los mismos autores a esta misma Conferencia Internacional CAH20thC que aborda el carácter disperso del patrimonio rural ysus oportunidades de aprovechamiento. Ambas se apoyan a su vez en el Proyecto Piloto que está desarrollando la Fundación Miguel Aguiló de ‘Valoración del Patrimonio Rural de la Obra Pública (VAPROP)’. A partir de la significación de las obras públicas y de su esencial vinculación con el territorio y el paisaje rural se ofrecen como elemento dinamizador del desarrollo local por medio de suvalorización. La presente comunicación define las pautas teóricas de los valores patrimoniales específicos de la obra pública en que se enmarcan estos trabajos.
2. Carácter específico de la obra pública
Ya se enunciaba en la introducción que el territorio es el que da sentido a la obra pública. Estas construcciones son elementos conspicuos de la interacción de factores naturales y humanos, en tantoencuentran su razón de ser precisamente en la confrontación de las necesidades -de acuerdo con Heidegger- de su habitar con las leyes y obstáculos de la naturaleza. En esencia, el ser humano trasciende aquello que naturalmente ya es al construir, al instalarse y habitar en el mundo.
Primero ejerce su habitar al erigir un cerco que le permita graduar lo que venga a su encuentro: construye un horizontecon el que abarcar el mundo como ejercicio del propio ser. Luego extiende su presencia hacia ese horizonte constituido en límite y promesa de movilidad, y aumenta la altura para conseguir mejor observación. Mientras, ajusta su ritmo con el fluir del agua y el viento, se acomoda a su irregularidad, aprovecha su fuerza y se protege de su fiereza destructora. Cota y distancia manejan la ocupación...
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